05 oct 2025 , 15:05

La equinococosis quística, la enfermedad que los perros pueden transmitir a las personas

La equinococosis quística suma cientos de casos anuales y evidencia la relación entre hábitos rurales y salud pública.

   

La hidatidosis, también conocida como equinococosis quística, es una enfermedad parasitaria poco conocida que cada año registra cientos de casos nuevos. La amenaza para los seres humanos son los perros infectados cuando se tiene contacto con ellos, ya sea a través de la saliva o del pelaje.

La hidatidosis se caracteriza por ser una enfermedad silenciosa que puede pasar años sin presentar síntomas. Los quistes que se forman en órganos vitales como el hígado y los pulmones crecen lentamente, alcanzando hasta 30 centímetros de diámetro. Muchos pacientes descubren la infección en la adultez, aunque el contagio haya ocurrido durante la infancia, lo que complica el tratamiento y hace que la enfermedad pueda evolucionar de manera crónica y silenciosa.

También lea: Marchas en Perú contra el Congreso y el gobierno de Dina Boluarte

¿Cómo ocurre el contagio?

El contagio ocurre principalmente a través de los perros, que portan el parásito en su intestino y lo expulsan mediante las heces. Los huevos del parásito contaminan el suelo, el agua, las verduras y el pelaje del animal, que al lamerse mantiene los huevos en su hocico. El ganado se infecta al pastar en campos contaminados y, a su vez, los perros consumen vísceras de animales infectados, completando un ciclo de transmisión que puede llegar a los humanos, especialmente a los niños.

El riesgo para la población humana se agrava por prácticas culturales y hábitos rurales arraigados, como alimentar a los perros con vísceras crudas o el contacto directo con animales infectados. Actividades cotidianas como jugar en la tierra, dejar que la mascota lama la cara de los niños o consumir agua y verduras contaminadas facilitan la entrada del parásito al organismo, convirtiendo a las personas en el último eslabón de la cadena de transmisión. Aunque se han presentados casos en Ecuador, no existen cifras oficiales.

También le puede interesar: ¿Cuáles son los principales síntomas de la variante Frankenstein del Covid-19?

Estudios en faenas ganaderas muestran la presencia de quistes en ovejas, bovinos, caprinos y porcinos en distintas provincias, especialmente en el sur del país, donde la producción ovina es predominante. La vigilancia tanto en el ganado como en la población humana es clave para dimensionar el problema y prevenir complicaciones graves, resaltando la necesidad de educación sanitaria, control veterinario y mejoras en higiene y acceso al agua segura.

La hidatidosis se caracteriza por ser una enfermedad silenciosa que puede pasar años sin presentar síntomas. Los quistes que se forman en órganos vitales como el hígado y los pulmones crecen lentamente, alcanzando hasta 30 centímetros de diámetro. Muchos pacientes descubren la infección en la adultez, aunque el contagio haya ocurrido durante la infancia, lo que complica el tratamiento y hace que la enfermedad pueda evolucionar de manera crónica y silenciosa.

El contagio ocurre principalmente a través de los perros, que portan el parásito en su intestino y lo expulsan mediante las heces. Los huevos del parásito contaminan el suelo, el agua, las verduras y el pelaje del animal, que al lamerse mantiene los huevos en su hocico. El ganado se infecta al pastar en campos contaminados y, a su vez, los perros consumen vísceras de animales infectados, completando un ciclo de transmisión que puede llegar a los humanos, especialmente a los niños.

El riesgo para la población humana se agrava por prácticas culturales y hábitos rurales arraigados, como alimentar a los perros con vísceras crudas o el contacto directo con animales infectados. Actividades cotidianas como jugar en la tierra, dejar que la mascota lama la cara de los niños o consumir agua y verduras contaminadas facilitan la entrada del parásito al organismo, convirtiendo a las personas en el último eslabón de la cadena de transmisión.

Estudios en faenas ganaderas muestran la presencia de quistes en ovejas, bovinos, caprinos y porcinos en distintas provincias, especialmente en el sur del país, donde la producción ovina es predominante. La vigilancia tanto en el ganado como en la población humana es clave para dimensionar el problema y prevenir complicaciones graves, resaltando la necesidad de educación sanitaria, control veterinario y mejoras en higiene y acceso al agua segura.

Noticias
Recomendadas