La ruta de Noboa hacia el dominio del Estado: pactos, ternas y disputas judiciales
El Ejecutivo alineó Asamblea, Corte y participación ciudadana en un proceso marcado por cuestionamientos, maniobras políticas y reacomodos institucionales.
Desde que inició su mandato, Daniel Noboa aprendió a ejercer el poder sin compartir espacios con quienes disienten. Desde noviembre de 2023 y por los siguientes 18 meses, mandó a cerrar la Vicepresidencia de la República para que Verónica Abad no ejerza el cargo por sus diferencias personales.
Llegó a nombrar vicepresidentas por decreto. Con nuevo binomio, pasó a segunda vuelta y, además, logró 66 curules en la Asamblea, pero eso no alcanzaba para tomar el control del Legislativo.
ADN alineó a los independientes y rompió el bloque de Pachakutik. Esta fotografía del entonces ministro De la Gasca con siete representantes del brazo político de la CONAIE arrastró polémica.
Al final, seis de los nuevos asambleístas Pachakutik pasaron a ser parte de la aplanadora legislativa que sumó 77 votos, cómoda mayoría para las polémicas leyes que vendrían después.
"Un gobierno que está demasiado cómodo y que captura las instituciones en un gobierno que ya no tiene que responder por los dineros públicos o por el bienestar de todos, sino por el de la gente que los sostiene", añade César Febres-Cordero, analista político
La Corte Constitucional, que echó abajo los simbólicos cuerpos legales del poder, se convirtió en el blanco de una nueva pugna. Noboa se empeñó en controlarla a costa de una agresiva campaña de desprestigio.
Antes esto era lo que él pensaba:
"Debemos de respetar la independencia de las funciones, no un régimen totalitarismo como es el que buscan los empleados de Maduro", dijo Daniel Noboa
Y siguió con los otros estamentos de la justicia. Empezó en la Asamblea su coidearío Henry Bósquez se encargó de cambiar la terna del Legislativo para poner a gente afín a ADN como el juez Fabián Fabara.
Lea también: Obras vs. anuncios: el balance del Gobierno de Daniel Noboa en infraestructura
Había que también apuntar al Consejo de Participación Ciudadana, y ahí los operadores políticos fueron efectivos. El asambleísta Bósquez es hermano de la pareja sentimental de la consejera Johanna Verdesoto, quien contrató como su asesor en el Consejo a Christian Troya, excolaborador de Fausto Jarrín, exmiembro del correísmo, hoy hombre cercano al presidente Noboa y amigo de Mario Godoy.
Ese nombre ya era cuestionado por conflicto de intereses. El equipo técnico salvó a los principales de las ternas de la Corte y la Asamblea de las impugnaciones ciudadanas que buscaban evitar la toma de la justicia.
Le puede interesar: Tras la derrota en la consulta popular, Noboa debe enfocarse en las reformas económicas
El Ejecutivo esperó seis meses para enviar su terna. Estratégicamente puso a su entonces ministra de Trabajo, Ivonne Núñez; al exdirector del SRI, Damián Larco; y a María Gabriela Vinueza.
Así se dio paso a la elección de Mario Godoy, Fabián Fabara, Damián Larco, Magaly Ruiz y Alfredo Cuadros.
“Noboa aprendió cómo se hace vida política en el país y aprendió bien. Y corrigió muchas cosas. En el Ecuador tú necesitas hacer vida política, desafortunadamente, no solo desde los espacios políticos como la Asamblea Nacional o el Ejecutivo, sino desde la justicia”, dice Santiago Basabe, analista político.
Además: Mercados internacionales reaccionan con cautela tras el resultado electoral en Ecuador
El Ejecutivo, en menos de dos años, logró enfilar al Legislativo, la Función Judicial y Participación Ciudadana, próxima a elegir fiscal.
"Y el gran reto de este gobierno en la transición va a ser cómo logras no solo no interferir, sino que la narrativa y la ciudadanía lo escuche y lo entienda la importancia en mantener los tres poderes del Estado separados”, menciona Stephanie Macías, analista política.
El Consorcio de Consejos Provinciales y la AME, que incomodaban por las deudas del Gobierno, con sus nuevas administraciones, el resultado es el silencio de los reclamos.
Recomendadas