05 sep 2025 , 11:32

Redefinición de lo urbano: reguetoneros revisando la fórmula

La música tropical y el reguetón tiene una relación tan vieja como el nacimiento mismo de la música urbana, aunque Bad Bunny pareciera que renovó el sonido, solo hizo evidente ese vínculo.

   

El 2025 musicalmente se puede destacar por ser el año que se hizo notoria esa relación que existe entre los ritmos tropicales y el género urbano. Desde el lanzamiento de Cosa Nuestra del boricua Rauw Alejandro, en noviembre de 2024, álbum tras álbum ha reforzado la idea de que los reguetoneros están buscando otro sonido.

Todo explotó en enero de 2025. El Conejito Malo de Puerto Rico lanzó su sexto álbum, DeBÍ TiRAR MáS FOToS. En ese disco, Bad Bunny se fue alejando de la playa centennial y millenial (llena de Trap, R&B y reguetón) y se adentró en las olas de la identidad boricua, para enfrentarse a la salsa, bolero y otros ritmos que suenan en el cañaveral. De pronto, el artista se volvió una especie de salvador salsero que desencadenó respuestas de viejas glorias del género y dividió las voces entre los que aplaudían lo que hizo o estaban en contra.

Willie Colón, uno de los arreglistas más importantes de la salsa y con quien comenzó Héctor Lavoe, aplaudió lo sucedido. Incluso, Rubén Blades, la voz detrás de canciones como Pedro Navaja y Amor y Control, se subió al escenario junto a Bad Bunny este 30 de agosto de 2025, para mezclar letras y cantar varios éxitos de los dos artistas. En cambio, Tito Nieves, conocido por su salsa romántica, descartó que la contribución de Bad Bunny sea salsa.

¿Qué diferencia tiene la propuesta de Bad Bunny y la de Rauw Alejandro? El acercamiento. Mientras Rauw hizo un homenaje de pies a cabeza a la salsa: nombró a su disco Cosa Nuestra, en relación con el álbum homónimo de Héctor Lavoe y Willie Colón de 1969, y su canción más sonada es Tú con Él, cover de Frankie Ruíz de 1985; por otro lado, el Conejo Malo se apropió del género y sacó su versión: canciones inéditas en una mezcla entre salsa, trap y reguetón.

Lee más: La salsa vive, un retrato del género musical que palpita en Cali

En cambio, en junio de 2025, la colombiana Karol G sacó Tropicoqueta, un álbum con la misma intención de Bad Bunny y Raw Alejandro pero con otros géneros. La Bichota, al igual que el Conejo Malo, desarrolla una idea de tropicalidad latinoamericana con una estética que te lleva a los cabarets cubanos de la década de 1950 y una variedad de ritmos que van de cumbias hasta vallenatos. Lo urbano pareciera encontrar en la raíz, la forma de refrescar su sonido.

Lee más: Swing Original Monks, 15 años haciendo música desde Absurdistán

Autocrítica en el reguetón

En entrevista con diario El País de España, el 1 de agosto de 2025, el boricua Guaynaa exaltó que los reguetoneros están haciendo cumbia y salsa porque “la gente está cansada de escuchar el mismo sonsonete”. El artista urbano, conocido por su canción Rebota, que musicalizó el 2019, últimamente ha producido tonadas con esos géneros tropicales: una versión de Ven, Devórame Otra Vez de Eddie Santiago y su álbum Cumbia y Amor.

La crítica al reguetón desde el núcleo de la escena tampoco es nueva. El reguetonero Arcángel se hizo viral en junio de 2023, en una entrevista en el programa de YouTube MOLUSCOTV, dijo que el ritmo con el que él trabaja es “uno de los géneros musicalmente más pobres”. “Todo es sintético”, señaló, “la música de verdad se toca”. Lo que podría dar especulaciones que los representantes del género urbano están acercándose a ritmos como la salsa y la cumbia como una forma de salir del estereotipo señalado por uno de sus exponentes.

Lee más: Machaka, Ecuadorean Sabrosura que rebasa el límite entre Sierra y Costa

Lo tropical como el alma del barrio latino

Haciendo otras regresiones donde se ve esa unión entre el género urbano y la salsa, en el reproductor mp3 de la nostalgia una vez sonó:

Por eso es barrio eterno, también universal / Y el que se mete con mi barrio me cae mal

Versos cantados por Rubén Blades en la canción La Perla junto a Calle 13 en el 2009. Prueba de que esa relación es vieja porque un género fue padre del otro.

En el documental La Salsa Vive (2024) el mismo Rubén Blades y Johnny Dandy Rodríguez contaban cómo el género era la banda sonora del barrio latino en Nueva York entre los 60 y 70; y cómo fue, poco a poco, volviéndose el sonido que vibra en el asfalto de Cali hasta ahora. “Hay mucha relación, sobre todo en la manera en que se conectan estos sonidos de muchachos que cuentan lo que pasa en la calle, lo que se vive”, menciona Hermes Ayala, escritor y estudioso del género urbano, al diario El País, el 12 de enero de 2025.

Aunque la cumbia tiene un sonido casi primigenio, que data de la colonia en lo que sería el Caribe colombiano, el género musical ha mutado para volverse la expresión del barrio en algunos lugares de Latinoamérica. En Perú, la chicha, subgénero tropical desde una perspectiva andina, se volvió el ritmo del norte de Lima ante la migración de la sierra peruana a la capital en los años 50. Asimismo, desde los 60 la cumbia rebajada se convirtió en la banda sonora del barrio en México, al punto que en Monterrey nació una tribu urbana, los cholombianos. El sonido del barrio era más prolífico en el siglo XX, sin embargo, el género urbano lo capitalizó con el surgimiento del hip hop.

Al igual que el rock, el hip hop llegó a Latinoamérica en los 90, con personajes como Vico C, y poco a poco, de beat a beat, fue homogeneizando la música comercial. Ahora, existen variedades de ritmos bajo el paraguas de lo urbano: desde el conocido popetón como el de Sebastián Yatra hasta el trap que antes cantaba Bad Bunny. Y así como lo hizo la música tropical en las calles latinas, todos los sonidos provenientes de esa mezcla con el rap se tomaron los parlantes sobre el cemento y comenzaron a contar su historia.

Lee más: Alcolirykoz, cronistas sonoros de Aranjuez en Medellín

El vinilo, el vehículo de la explosión tropical

El nuevo boom sonidero que ha cruzado varios países latinoamericanos como México, Colombia o Perú, ha colocado a la salsa como un género actual, otra vez.
El nuevo boom sonidero que ha cruzado varios países latinoamericanos como México, Colombia o Perú, ha colocado a la salsa como un género actual, otra vez. ( )

Una canción de DeBÍ TiRAR MáS FOToS te lanza un sample de El Gran Combo, para recordar esa conexión San Juan - Nueva York, que no solo ha sido la fibra nerviosa que ha expuesto la cultura puertorriqueña al mundo, sino el nexo político que ha sometido a la isla bajo el dominio de Estados Unidos. Un tema central en el álbum de Bad Bunny y la salsa se extiende desde NUEVAYoL hasta LA MuDANZA, pasando por BAILE INoLVIDABLE, la canción alabada por Willie Colón, trompetista y arreglista salsero.

El nuevo boom sonidero que ha cruzado varios países latinoamericanos como México, Colombia o Perú, ha colocado a la salsa como un género actual, otra vez. Los selectores de vinilos, que hacen su show con sus tornamesas en espacios públicos, han realizado una obra de curaduría y exposición de la cultura salsera que se ha introducido entre los millennials y centennials.

Ya sea el boom de la cumbia o de la salsa, dependen de ese aumento del consumo del disco de acetato que vuelve a las casas y los espacios públicos. El mismo Mario Galeano, director de la agrupación Frente Cumbiero, confesó a Ecuavisa.com que el proyecto proviene la investigación vinilera, de buscar uno por uno los vinilos y deslizar los dedos entre el polvo y los surcos de la música plastificada, así encuentran su sonido.Por lo que no sorprende ver a Alex Kapranos, líder de la banda Franz Ferdinand, pasearse por jirón Quilca, famosa vía de Lima, Perú, en 2019, para revisar los álbumes de cumbia peruana que lo sedujo a tal punto de que tocó La Danza de Los Mirlos en su concierto en la capital peruana en 2024.

Lee más: Frente Cumbiero, el telonero tropicanibal en los 15 años de los Swing Original Monks

De la misma manera, en el documental La Salsa Vive (2024) se destacan dos proyectos vinileros que mantienen la salsa zumbando en los hogares. Por un lado, Casa Latina, un proyecto con más de dos décadas de historia donde se recopilan miles de discos de salsa. Segundo, un grupo de niños que se dedican a coleccionar álbumes salseros, llamados Los Melomanitos.

El origen del rap depende de la mezcla de los vinilos para generar un bucle sobre el que se baila y se rapea. Y el reguetón no se escapa de eso, según el pódcast documental Loud, narrado por la boricua Ivy Queen, los inicios datan de Nueva York en los 80, cuando se utilizaba el lado B de dembow, que era instrumental, y sobre esa melodía lanzaban los versos.

Lee más: La Ruta del Vinilo, el fallido intento de obtener los 12 sellos

¿Lo viejo ahora es nuevo?

El resurgimiento de la salsa dura y más tradicional dentro de los géneros contemporáneos no es nuevo. Bad Bunny se subió en un movimiento que lleva varios años sonando en diferentes países de Latinoamérica. Desde la reinterpretación del sonido, utilizando un acercamiento como el de Rosalía al flamenco en El Mal Querer (2018), de la colombiana Juliana con su canción Narices Frías (2023) o la combinación con la cumbia psicodélica del trío Ácido Pantera y el grupo de salsa bogotana La-33 con Al Son Que Me Toquen Bailo (2024).

En el género urbano abunda la hibridación entre los ritmos tropicales y el rap. Personajes como la boricua RaiNao, que participó en PERFuMITO NUEVO con Bad Bunny, mezclan el son con su reguetón electrónico como readysita de su álbum CAPICÚ o su sencillo Sofocón, ambos de 2025. Con un enfoque más R&B, más suave y menos oscuro, los venezolanos Motherflowers se deslizan entre el bolero con Quién lo Diria?, son como NINA y una variedad diferente de cumbias que van desde la tradicional con La Sala hasta la villera con Totona.

Incluso, los mexicanos LATIN MAFIA, aunque les etiquetan como indie pop, la banda usa recursos del R&B y rap, ahora con su sencillo Hecho Para Ti (2025), se atrevieron a mezclar con cumbia. En cambio, el colombiano Crudo Means Raw, uno de los artistas urbanos alternativos más respetados de la escena colombiana, como lo etiqueta el proyecto musical El Enemigo, combina el rap con lo que escucha en la calle de su natal Medellín: desde marimba como en REINA VALERA (2025) hasta tecnocarrilera como NOVENA (2020).

La relación constante entre los ritmos tropicales y el género urbano es una constante que se mantiene desde el momento en que el primer latinoamericano decidió rapear. Al final, lo que hizo Bad Bunny, Rauw Alejandro y Karol G no fue más que hacer evidente lo que siempre estuvo ahí: hacer música con los géneros que escuchaban sus padres.

Noticias
Recomendadas