Gabriel Baumann, una de las voces de Swing Original Monks, habló sobre los 15 años de hacer música de la banda y lo que le espera a la agrupación después de esta gira de aniversario.
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La banda Swing Original Monks, recién llegada de Europa, se encuentra en una gira por sus 15 años de carrera musical.( )
Un monk entró a las instalaciones de Ecuavisa. Gabriel Baumann, vocalista de los Swing Original Monks, se sentó en un banco frente a la cámara para comenzar la entrevista. La banda ecuatoriana, recién llegada de Europa, se encuentra en una gira por sus 15 años de carrera musical. En Quito tienen dos fechas: el viernes 18 de julio y el sábado 19, tocadas que compartirán junto a Frente Cumbiero, agrupación colombiana de música tropical.
Mr. Bumbass, el nombre no oficial de Baumann, mira hacia atrás y en vez de ver el fondo negro del estudio recuerda cómo era todo cuando iniciaron. “Lo primero que te puedo decir es que la expresión de la gente era así, como: ¿y esto?”, detalló cuando reflexionó de lo único que era el proyecto. Sin embargo, enseguida, revisó sus recuerdos más próximos y aclaró con una sonrisa: “Ahora la gente va y “tan tan tan” (mueve las caderas para simular que baila) y corean, es una emoción rica, al sentir que hay respuesta”.
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15 años de monkeo, una retrospectiva
Los Swing Original Monks nacieron en 2010. Gabriel Baumann, Nathalia Madrigal y Álvaro Obadía, una de las caras más visibles de la agrupación que mezcla desde una bomba ecuatoriana hasta música balcánica, creando un nexo entre dos puntos del mundo. “En 15 años se ha construido toda una audiencia”, rescató ahora Baumann al hablar sobre sus inicios.
En 2013, los Swing Original Monks lanzaron su primer álbum, La Santa Fanesca. Un disco que alberga las canciones que les lanzaron al estrellato en la escena musical ecuatoriana. “Era un proyecto de electrónica, un poco raro. Música rebuscada y a la vez metíamos teatro, era bien extraña la experiencia”, recuerda Baumann, cuando lanzaron su primera versión de su sonido monk.
¿Cuál es el sonido monk? Una mezcla de todo un poco. Dentro de la discografía de tres álbumes que tienen los Swing Original Monks (La Santa Fanesca, Somos y Volcánico) han cantado bomba, cumbia rebajada, bolero, reguetón, electrónica, música balcánica y muchos más ritmos. “Tendría que ponerme a contar (...) No sé cuántos géneros, pero son muchos. Capaz pasen los 30 o 40”, comentó Gabriel Baumann, mientras se rascaba la barbilla y pensaba en la sopa musical que tiene.
“Como es una banda que acepta a todo los gustos, hacemos como una sopa: todos lanzan los ingredientes como un buen viche y revuelve y revuelve. Ahí vemos si suena bien o no. Después, claro, vamos corrigiendo, cambiando y llegamos a punto donde el sabor es rico”, dijo Bauman mientras batía una sopa imaginaria con un cucharón imaginario en una olla imaginaria.
Volcánico y Humboldt, fricción entre aire frío y caliente
El tercer álbum de los Swing Original Monks fue lanzado en 2023, 10 años después de su disco debut. “Era justo un disco que hable de Ecuador”, señaló Baumann en la entrevista, después de explicar que para producirlo se demoraron siete años, pues había canciones compuestas con ese tiempo y otras con solo dos años de antigüedad.
El álbum, que contiene 10 temas, va desde Amanecer, una cumbia rebajada romántica, hasta Absurdistan, una tonada balcánica de crítica social que le encanta a Gabriel Baumann. “Absurdistan, el Brutistán, el Ridiculistán. De tantas cosas que pasan, en este país, hay muchas que son tan ilógicas”, reflexiona Bauman sobre los inicios de Volcánico, cuya lava rítmica suena con diferentes sonidos.
Nathalia Madrigal contó a la revista Vistazo, en noviembre de 2023, que una ilustración del explorador alemán Alexander von Humboldt, por el que bautizaron a la corriente aire fría que golpea a Ecuador, pasó frente a sus ojos y la compartió con Gabriel Baumann. De ese personaje bávaro, que recorrió media América entre finales del siglo XVIII y XIX, se le otorga la frase: “(Los ecuatorianos son) seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes”, de ahí brilló la idea de colocar a la montaña que escupe fuego como el concepto que representa al país dentro del universo monk.
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Visitante en el universo monk
En 2016, apareció el álbum Somos, una proyección de otra dimensión de La Santa Fanesca. Del caldo primigenio lleno de latinoamericanidad apareció un primate que se volvió la portada del segundo disco. Este proyecto, producido por Eduardo Cabra, más conocido como Visitante de Calle 13, grabó las primeras canciones de los Swing Original Monks y las reversionó.
“Después de Somos, nuestra manera de componer música se transformó, porque con él (Eduardo Cabra) fue mucho de depurar. Agarramos canciones de La Santa Fanesca y las cambiamos, hicimos una reversión más moderna, capaz un poco más pulcra y más cerca hacia lo mainstream”, explicó Gabriel Baumann en la entrevista. Tucán y Caminito fueron unas de las tonadas que mencionó Mr. Bumbass entre las que más cambió en esa reedición.
Sin embargo, Baumann destaca que no todo fue un cambio en Somos. El vocalista de Swing Original Monks recuerda que el mismo Visitante les dijo que mantengan algunas de las grabaciones lo-fi que habían hecho para La Santa Fanesca con teléfonos celulares y editadas en una computadora no tan avanzada. “Fue un lindo proceso de respetar lo que habías hecho, apreciarlo y justo enaltecer y no perder tu esencia”, rememora Gabriel Baumann mientras recuerda el proceso.
“Recién escuché un disco de Vivaldi, Cuatro Estaciones. Es loco que la música clásica tiene algo que no hay mucho en la mainstream, esos matices que de repente baja, casi que no oyes, y, de pronto, sube y se vuelve así apoteósico. Con Eduardo aprendimos a darle matices, más sonoridad, a seguir componiendo con las ganas iniciales de solo crear porque le nace del shungo”, comentó Gabiel Baumann mientras palmeaba su pecho.
La búsqueda de las capas de sonidos fue intensa. Baumann recuerda que grababan cosas al revés y después les daban la vuelta. O, incluso, con movimientos intensos con sus manos, contó cómo Visitante motivaba a darle más intensidad a la batería: “Dale duro, reviéntela. ¡Dale como cavernícola!”, exclamó Eduardo Cabra según la memoria de Mr. Bumbass.
Reflexiones de un monk
Una de las cosas que aprendió Gabriel Baumann en su tiempo con Eduardo Cabra mientras producían Somos fue que no necesitas de mucho para hacer algo de calidad. Sin embargo, Mr. Bumbass se aterriza a la realidad ecuatoriana, donde “es muy difícil para las bandas sostenerse tantos años porque la industria musical ecuatoriana es bien pequeña”.
Para Baumann, en una visión macro, existen tres mundos paralelos en la escena musical ecuatoriana: la música chichera o popular, la comercial o pop y, por último, la alternativa. Para él, si logras conseguir ser escuchado en la chicha, tienes trabajo constante; si lo es en el pop, puedes llenar espacios más grandes; en cambio, en lo alternativo, haces un hit o trabajas en tu originalidad. Por eso, para Baumann, “la labor del artista es ser todólogo para sobrevivir en tiempos de vacas flacas”.
Baumann confesó, que para viajar más, los Swing Original Monks mutaron a un formato Sound System: una versión más pequeña de la banda donde, en vez de ir siete u ocho integrantes, se movilizan de tres a cuatro. “Llegar a Europa y de repente tienes 20 festivales en una temporada, es más representativo hacer toda la inversión y el gasto”, admitió.
Pero Europa no está tan lejos del sonido monk. Gabriel Baumann, quien tiene ascendencia alemana, cuenta que uno de sus mayores influyentes fue el austriaco Sebastián Wasner, apodado El Locopaxi, quien llegó a Ecuador a buscar nuevos sonidos y mezclarlos con electrónica. Los Swing Original Monks, al igual que la fanesca, son producto de esa hibridación cultural entre el viejo mundo y uno más antiguo.
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