Álex Alvear, músico con más de 40 años de trayectoria, en dos semanas seguidas se presenta en el Museo de Arte Moderno, en Nueva York, y vuela de regreso para tocar en el festival Ecuador Jazz 2025, que cumple dos décadas de existencia.
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El 16 de septiembre, Alvear agarrará sus maletas y viajará a Nueva York, Estados Unidos, para tocar en el Museo de Arte Moderno, más conocido como MoMa.( )
Septiembre de 2025 es un mes ocupado para Álex Alvear, músico quiteño con más de 40 años de carrera. El 16 de septiembre, Alvear agarrará sus maletas y viajará a Nueva York, Estados Unidos, para tocar en el Museo de Arte Moderno, más conocido como MoMa. Ocho días después, regresará a la capital ecuatoriana para presentarse en el festival Ecuador Jazz 2025 con su banda El Grooveo, que oscila entre el funk, reggae, blues y swing.
Además, Alvear realizará un acompañamiento sonoro al trabajo de la artista Carmen Vicente en la Bienal de Cuenca, que se realizará entre el 25 de septiembre al 1 de octubre. El exmiembro de Promesas Temporales, banda integraba Alvear junto a Héctor Napolitano y Hugo Idrovo en 1983, en dos semanas estará en dos países y recorrerá tres ciudades.
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El responsable del viaje al país de Donald Trump es Fabiano Kueva, artista interdisciplinario ecuatoriano, quien recibió la Beca de Investigación para Artistas del Instituto Cisneros del Museo de Arte Moderno. Nueva canción latinoamericana: memoria y presagios es la conferencia performativa en la que Alex Alvear tocará en una especie de guía sobre la música que identifica diferentes procesos sociopolíticos en América Latina. Un viaje transmitido desde los dedos de Alvear.
“Es algo muy especial para mí personalmente, poder representar al Ecuador en este espacio tan prestigioso”, dice Álex Alvear al momento de recordar los lugares que se ha presentado, pero después de haberlo manifestado. “Cuando fui al Teatro Sucre de chico dije “algún día yo quiero tocar ahí”. Y se dio y me ha pasado con algo. No se han cumplido todos, pero muchos se han cumplido”.
Pasillo Infinito, el preámbulo de un álbum con 13 años de distancia
En noviembre de 2024, Álex Alvear, quien tiene cinco producciones propias con sus diferentes proyectos y ha colaborado en 30 alrededor del mundo, lanzó su EP Pasillo Infinito, seis canciones que rondan entre el jazz, el sanjuanito y el pasillo, creando un ambiente etéreo en la mitad del páramo. “Pasillo Infinito es como una continuación de lo que fue originalmente Equatorial”, aclara Alvear, sin antes mencionar que el esperado disco, Amor Peregrino, será presentado este 25 de octubre de 2025 en el Teatro Nacional Sucre.
Equatorial fue lanzado en 2007. El primer álbum de Álex Alvear presenta una carga fuerte de identidad nacional mezclada con rock. “Muy ecuatoriano, sí. O sea, ese disco nace de la distancia, porque yo estuve viviendo en Estados Unidos muchísimo tiempo”, recuerda Alvear pensado en que el proyecto nacía de ese cordón umbilical que había entre él y Ecuador, mientras estudiaba en Berklee College of Music desde 1986 y estudiaba en el país norteamericano.
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En cambio, Pasillo Infinito, según él, es la representación de un ecuatoriano que ya vive en la tierra que tanto anheló en su momento. “Entonces no es un disco (Amor Peregrino) de música tradicional, por así decirlo en el contexto textual, pero son aproximaciones a la música tradicional desde mi visión”, señaló Alvear, dejando que interiorizó la música andina que le llegó a su vida cuando un amigo le presentó una agrupación de música folclórica de la provincia de Imbabura.
Álex Alvear y la interiorización de lo andino
Hace mucho tiempo, Álex Alvear escuchó Ñanda Manachi, una agrupación de música folclórica de Otavalo, Imbabura, cuyos inicios están registrados en 1971 y con más de 50 años de carrera musical. “Algo pasó en mí cuando escuché eso. Desde ese entonces, hasta el día de hoy, la música ecuatoriana tiene una presencia y una importancia muy fuerte en mi obra”, aclaró Alvear.
“Cuando era pelado yo quería ser rockero”, admite Álex Alvear, "Y después descubrí el jazz, la música latinoamericana, la nueva canción", la misma que ahora presentará en el MoMa de Nueva York. Sin embargo, el nervio rockero no se retira de alguna de sus obras, por ejemplo, su colaboración con Roger Ycaza y Andrés Caicedo, Frailejones.
Una banda cuyo nombre se refiere a la planta icónica del páramo andino y el sonido, una mezcla de folclor y rock. Alvear toca bajo la dirección de Ycaza, lo que le encanta al descansar de ser la cabeza guía como en su proyecto, Wañukta Tonic.
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Rock, reggae, cumbia, sanjuanito, jazz, blues y más géneros se mezclan en Wañukta Tonic, un coctel sonoro que prefieren agitado, no revuelto. Aunque el primer sencillo fue lanzado en 2018, seis años después revelan el primer álbum Wañuktazos de Ayer y Hoy, con varios nombres que no saltan a la primera leído, sino al acercarse más a los créditos de las canciones.
Curi Cachimuel y Toño Cepeda, exmiembro de las bandas Biorn Borg Y Cancan, son el talento nacional que da sabor local al coctel. El salsero Manolo Mairena de Costa Rica que le da un sabor tropical que rompe con la esencia andina del trago sonoro. Sin embargo, los Andes colombianos se hacen presentes en el disco: Martha Gómez, quien mezcla folclor y jazz; y Briela Ojeda y Lucio Feulliet, dos nombres de ese movimiento pastuso que está infectando Bogotá, Colombia, con un sonido que en el país cafetero solo nace en las faldas del volcán Galeras. Diferentes licores hace de Wañukta Tonic en un proyecto ecléctico.
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La música ecuatoriana desde los oídos de Álex Alvear
Álex Alvear ha recorrido más de 40 años de carrera musical. “La raíz de todo este eclecticismo viene de mi casa”, destaca él, “Mis viejos tenían una colección de música enorme: música clásica, jazz, rock, música folclórica”. A esa variedad de ritmos en el hogar, Alvear responsabiliza de que él sea muy curioso musicalmente y que sus proyectos no se queden con una sola etiqueta, sino que las fronteras sonoras se diluyan. “Yo no reconozco fronteras, o sea, la música es universal”, recalca él mientras responde sobre sus vínculos con artistas fuera de Ecuador.
Para Alvear la música habla. Entre artistas, la afinidad es algo químico que va más allá de cualquier otra estrategia de marketing. “Son interacciones humanas con completa honestidad y simpleza, y cuando encuentras mentes y almas afines”, señala. Sin embargo, un país que viene a relucir es Colombia, donde la banda Lolabúm, liderada por Pedro Bomfin, ha conectado con un mercado que consume más indie rock.
Según Alvear, así como Bomfin y Lolabúm, la música ecuatoriana ha evolucionado al punto de tener una extensa variedad de ofertas. “A mí me enorgullece y me da mucha alegría ver que hay tantas propuestas, que hay tanto nivel también y que hay una diversidad enorme, o sea, tenemos música de todos los géneros interpretada y producida superbién”, destacó Álex Alvear sobre la escena musical en Ecuador.
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Lo que necesita la música ecuatoriana, según Alvear
Álex Alvear recuerda y detalla los límites tecnológicos de cuando inició en la década de 1980. Para él, la evolución de los formatos del vinilo al casete y así hasta llegar al archivo mp3 o WAV para escucharlo en Spotify es clave no solo para la difusión de la música, sino para aprenderlo a tocar. “Ahora, tú aplastas un botón y estás conectado con lo que está saliendo en Japón y toda una oleada de información que nosotros no teníamos”, resalta.
“No creo que es un problema de falta de talento ni de propuestas”, señala Álex Alvear al revisar la oferta musical ecuatoriana, “Este país tiene un problema con su industria musical inexistente”. Alvear destaca que el problema del poco consumo de artistas nacionales se base en la falta de políticas culturales para que la música se difunda primero en el país y después internacionalmente.
Álex Alvear revisa la visión que la idiosincrasia ecuatoriana tiene sobre el arte y los artistas, y recalca que no es algo para unos pocos, “unos loquitos”. “El arte genera plata. Desde la señora y el señor que venden caramelos y cigarrillos, el que te cuida el carro, el taxi, el Uber, el restaurante que vas a ir”, enumera Alvear.
Un ejemplo para él es Colombia. “Allá la industria musical es poderosísima y a Ecuador no le faltan recursos exportables”, señala y luego manifiesta que lo que necesita el sector cultural en el país es que haya una conciencia de que, más allá de un derecho nacional, el consumo cultural es una actividad muy importante para el desarrollo de la población.
Al finalizar la entrevista, el artista ecuatoriano, que recopila tres nominaciones al Grammy Latino y una al anglosajón, se levantó de la silla, agarró su maleta y recorrió los pasillos de Ecuavisa hasta la salida. “Hace décadas no piso este canal”, señaló Álex Alvear, “Creo que fue antes de que tú nacieras”.
Escucha a Álex Alvear:
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