11 mar 2025 , 09:30

El COVID-19 persistente: Un desafío de salud pública en la actualidad

El COVID-19 persistente sigue afectando a millones de personas, causando síntomas duraderos y graves que requieren atención médica continua.

   

El COVID-19 persistente es una preocupación de salud pública a pesar de la disminución de nuevos casos de la enfermedad. Este trastorno crónico, que afecta tanto a adultos como a niños, tiene el potencial de generar condiciones médicas que requieren atención integral y, en muchos casos, puede ser causa de discapacidad.

¿Qué es el COVID-19 Persistente?

El COVID-19 persistente se define como una condición médica crónica que puede desarrollarse después de una infección por SARS-CoV-2 y persiste por al menos tres meses. Los síntomas de esta enfermedad son diversos, incluyen fatiga, cefalea, disnea, debilidad, fiebre, tos, alteraciones de sueño, entre otros.

Si bien el COVID-19 persistente es más común en mujeres, personas hispanas y latinas, adultos mayores de 65 años y quienes fueron hospitalizados por la enfermedad COVID-19, también pueden padecerlo personas que no tuvieron enfermedad grave o que no se vacunaron.

Lea: Cinco años después del inicio de la pandemia de COVID-19, los expertos analizan los desafíos actuales

Los estudios también han revelado que las desigualdades sociales, económicas y geográficas juegan un papel importante en el aumento del riesgo de COVID-19 persistente, afectando de manera desproporcionada a algunas comunidades.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) subrayan la importancia de la vacunación como una de las herramientas más efectivas para prevenir el COVID-19 persistente.

Quote

"La vacunación contra el COVID-19 es la mejor herramienta con que se cuenta para prevenir el COVID-19 persistente, incluso en niños", afirman los CDC.

El Diagnóstico y el Manejo de la Condición

El diagnóstico del COVID-19 persistente se basa en la historia clínica del paciente, la exposición previa al virus y los síntomas reportados, dado que no existen pruebas específicas para determinar la enfermedad.

Las evaluaciones médicas suelen mostrar resultados normales en pruebas de rutina, lo que puede complicar el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado. Es crucial que las personas que sospechan que pueden tener COVID-19 persistente busquen atención médica especializada para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y mejorar su calidad de vida.

Vivir con COVID-19 persistente puede ser extremadamente desafiante. Las personas afectadas enfrentan no solo síntomas físicos debilitantes, sino también aislamiento social y emocional, ya que muchos no tienen respuestas claras sobre su enfermedad o soluciones inmediatas. "Vivir con COVID-19 persistente puede generar aislamiento, especialmente cuando no hay respuestas o soluciones inmediatas", indican expertos en salud.

Le puede interesar: Las cifras del covid-19 en el mundo cinco años después

El COVID-19 persistente es un desafío significativo para la salud pública mundial. Con millones de personas afectadas en el mundo, es fundamental continuar promoviendo medidas de prevención, como la vacunación, y asegurar que los pacientes reciban el apoyo y tratamiento adecuado.

Noticias
Recomendadas