Quito: robos a vehículos y asaltos planificados a conductores de aplicación generan alarma en barrios del norte

Cámaras de seguridad captaron a un hombre con mochila mientras sustraía el retrovisor de un vehículo estacionado en la calle Edmundo Chiriboga, en el norte de Quito. El sujeto analiza el lugar, se detiene al notar movimiento y, cuando no hay personas cerca, se acerca al automóvil. En apenas segundos arranca el espejo retrovisor, lo oculta entre su ropa y huye por un pasaje hacia la avenida de la Prensa.

Diez minutos antes, el mismo individuo habría sustraído el retrovisor de otro vehículo parqueado a pocos metros. Los vecinos aseguran que no se trata de un hecho aislado y advierten que el robo de accesorios, partes de vehículos e incluso el desmantelamiento de automotores se ha vuelto cada vez más frecuente en el sector.

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La problemática también se extiende a zonas aledañas como La Unión Nacional, donde moradores denuncian el robo de tanques de gas y bicicletas. Ante esta situación, los residentes solicitan mayor presencia de la Policía Nacional para frenar la delincuencia.

Desde la institución policial se informó que el robo de accesorios y partes de vehículos es el delito de mayor incidencia en esta zona del norte de la capital y se comprometió a reforzar el patrullaje.

En otro hecho registrado en el norte de Quito, un conductor fue asaltado tras recoger a una supuesta usuaria en las avenidas El Inca y Amazonas, con destino al sector de La Florida. Al llegar al lugar, un vehículo negro interceptó el automotor. De este descendieron dos sujetos que, en cuestión de segundos, amedrentaron al conductor y lo despojaron de sus pertenencias y del vehículo.

Las imágenes de cámaras de seguridad evidencian que el asalto fue previamente planificado, lo que incrementa la preocupación entre conductores que prestan servicio mediante plataformas digitales.

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Según moradores de La Florida, en el último mes se han registrado al menos tres robos a vehículos en el sector. Ante la falta de respuestas efectivas, la comunidad decidió invertir recursos propios en cámaras de seguridad, cercas eléctricas y sistemas de alarmas conectados a teléfonos celulares.

Sin embargo, los vecinos aseguran que estas medidas no son suficientes y exigen a las autoridades un incremento del patrullaje policial y controles permanentes para evitar que estos delitos continúen repitiéndose.