Testimonio de inseguridad: "hay un ladrón que asalta a los pasajeros de buses en la ruta Quito-Cumbayá"

Los usuarios del servicio de transporte que cubre la ruta entre la estación Río Coca y la parroquia de Cumbayá, al oriente del Distrito Metropolitano, aseguran que los asaltos y robos se reportan con frecuencia. Delincuentes se mezclan entre los pasajeros y atracan a quienes viajan en los buses.

Utilizan armas blancas y de fuego. Amedrentan a la gente, al chofer y ayudante de los vehículos. A continuación, el testimonio de Rubén (nombre protegido), quien vivió un asalto en un bus:

"Esto ocurrió aproximadamente a las 19:30 del domingo 22 de octubre de 2023. El bus bajaba desde estación Río Coca con dirección a Cumbayá. No iba lleno, sino al 40% de su capacidad aproximadamente. Dentro de la ruta, el chofer paró en el intercambiador que conecta a las avenidas Simón Bolívar y Granados.

Avanzamos y en el sector de La Hormigonera hizo otra parada. Se subió un hombre de contextura delgada, quien vestía una chompa con capucha. A los pocos segundos, el individuo se acercó al conductor, sacó un revolver y en voz alta dijo ¡Esto es un asalto!

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La gente se asustó y el bus se detuvo. El ladrón comenzó a desvalijar a los pasajeros. Yo estaba en la tercera fila de asientos y frente a mí estaba una chica, de aproximadamente 20 años. El delincuente forcejeó con ella por unos minutos y me parece que no le quitó su teléfono celular.

Continuó robando las pertenencias a la gente ubicada atrás y nadie se opuso. A mí me apuntó con el arma y le entregué mis cosas. A una mujer adulta mayor le quitó un anillo.

El asalto duró pocos minutos. El ladrón tenía acento costeño y medía 1,70 metros. De reojo alcancé a ver que tenía un tatuaje detrás de una oreja. Nadie lo acompañaba.

Lo grave de esto es que, hace tres semanas, este mismo individuo se subió a robar en otra unidad en la que yo iba, pero en esa ocasión estaba acompañados de dos malandros. Uno tenía un cuchillo grande con el que nos asustaba. Aparecieron a la altura de El Cebollar, en una parada ubicada frente a una conocida panadería.

En esa ocasión, el bus se movilizaba desde Cumbayá hacia la estación Río Coca. Los maleantes se ubicaron en asientos diferentes y uno iba junto a mí. Al llegar a la hormigonera, gritaron ¡esto es un asalto! y con malas palabras obligaron a parar el vehículo. Por suerte, un policía vestido de civil iba en el carro e impidió que nos quiten las pertenencias.

Les amenazó y dijo ¿Quién nos va a asaltar? Los ladrones huyeron despavoridos en precipitada carrera y no nos atracaron. Estoy seguro que uno de ellos era el mismo individuo que tenía un tatuaje detrás del oído".

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