La clásica Atari 2600 derrota a la modernas inteligencias artificiales en partidas de ajedrez
En un sorprendente desafío, el software de ajedrez de una consola de 1977 humilló a gigantes como ChatGPT y Microsoft Copilot, revelando ciertas limitaciones de la inteligencia artificial.
- Una consola Atari y en frente el logo de OpenAI( )
En un duelo tecnológico que fusionó la nostalgia con lo novedoso, una veterana Atari 2600 de 1977 se ha alzó victoriosa contra las potentes inteligencias artificiales modernas como ChatGPT y Microsoft Copilot en una serie de partidas de ajedrez. Lo que parecía un combate desigual terminó en una inesperada masacre a favor de la consola retro, demostrando que en el mundo de la IA, la especialización a veces supera a la capacidad bruta.
El enfrentamiento fue organizado por Robert Jr. Caruso, un arquitecto que se vio movido por la curiosidad y decidió enfrentar al programa Atari Chess, lanzado en 1979, contras las redes neuronales y de algoritmos de OpenAI y Microsoft. La Atari 2600, emulada en una máquina con un procesador de apenas 1,19 MHz y 128 bytes de RAM, representaba la tecnología rudimentaria de finales de los 70. Frente a ella, la inmensa capacidad computacional de los centros de datos modernos, con múltiples GPU que respaldan a los modelos de lenguaje actuales, la victoria de la IA moderna parecía un hecho.
El resultado fue sorprendente, la IA cometió errores garrafales, confundió piezas, ignoró amenzasa evidentes y demostró una falta de conciencia en el tablero total. La consola de casi 50 años se impuso una y otra vez.
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Microsoft Copilot, impulsado por modelos de lenguaje de OpenAI, también se animó a probar suerte, mostrándose muy confiado y jactándose de su habilidad para prever hasta 15 jugadas. Sin embargo, su destino no fue diferente. En apenas siete turnos, Copilot había perdido múltiples piezas y propuso movimientos absurdos, como sacrificar a su dama. Incluso los memes no se hicieron esperar, un usuario comentó "Copilot: Puedo preveer hasta 15 movimientos. Atari: No habrá 15 movimientos".

¿Cómo sucedió que Atari venciera con tanta facilidad a tecnologías tan modernas como la IA?
La respuesta radica en la especialización. El programa Atari Chess, a pesar de sus extremas limitaciones (su cartucho apenas tenía 4 KB de memoria y solo podía prever una o dos jugadas), fue diseñado con un único y exclusivo propósito, jugar al ajedrez. Cada línea de su código estaba meticulosamente optimizada para ejecutar las reglas del juego, evaluar posiciones y seleccionar movimientos.
En cambio, ChatGPT y Copilot son modelos de lenguaje generalistas. Su inteligencia se basa en predecir la siguiente palabra más probable en una secuencia de texto. Aunque pueden analizar miles de partidas o generar respuestas coherentes sobre temas complejos, carecen de una estrategia para el ajedrez o una representación formal del tablero. Esto les impide comprender la lógica espacial y estratégica del juego de forma competente.
Este curioso experimento sirve como una lección fascinante sobre la naturaleza de la inteligencia artificial. Nos recuerda que la verdadera fuerza de la computación no siempre está en el poder de procesamiento bruto, sino en la eficiencia y la adecuación de la herramienta a su propósito específico. Es también un homenaje a los pioneros de la programación, quienes, con recursos increíblemente limitados, lograron crear software capaz de enfrentar y hasta vencer a las espectaculares tecnologías del futuro.
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