14 sep 2023 , 13:07

Elecciones Ecuador 2023: El tiempo corre para Guillermo Lasso que deberá dejar el poder sin cumplir sus promesas

Lo que debió ser la gran oportunidad, una vez que pudiera gobernar sin los límites que le puso la Asamblea, para Lasso ha sido una etapa con igual desgaste político y con más errores que aciertos.

Para Guillermo Lasso Mendoza, seguramente llegar al fin de su mandato de manera anticipada no estaba en su planes.

Su Gobierno se va a terminar año y medio antes de lo previsto y con cifras de aceptación muy por debajo de las que seguramente esperaba, o de las que en algún momento tuvo, cuando, por ejemplo, logró que una de sus promesas de campaña diera resultados.

Pero vamos por partes. Los antecedentes dicen que se preparó al menos 10 años para llegar al poder. De hecho, perdió dos elecciones, 2013 y 2017, antes de ser elegido en 2021 como Presidente de la República.

Durante su discurso de posesión el 24 de mayo de aquel 2021, exhortó a todos los ecuatorianos a preguntarse por qué un país "tan rico" tiene un "pueblo tan pobre" y culpó de esa herencia a gobernantes que incurrieron en el "caudillismo" a lo largo de los años.

Entre varias ofertas, mencionó que no había "venido a saciar el hambre de pocos sino el hambre de muchos", y prometió fortalecer la democracia para terminar con "lacerantes desigualdades entre el mundo rural y el urbano", y un país que "le ha fallado a su juventud en educación y creación de oportunidades, que mantiene en el más humillante olvido a sus jubilados, y donde ser mujer no es un factor de desventaja sino de peligro existencial", dijo en el pleno de la extinta Asamblea Nacional.

Ya ante las demandas sociales, ofreció combatir la desnutrición infantil, atender la crisis carcelaria y como carta de presentación, inocular a nueve millones de personas con ambas dosis contra covid-19 en los primeros 100 días de su mandato, hasta ahora su logro más importante.

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También ofreció al menos 1 millón de empleos, garantizando los derechos laborales y empleos de calidad”, dijo Lasso cuando asumió el cargo, y habló de la lucha contra la corrupción para incrementar la producción petrolera.

En campaña, se volcó a conseguir el voto del campesinado, a quienes les ofreció un plan de equidad rural con una serie de beneficios como créditos, capacitación, ayuda técnica, maquinaria gratuita, canales de riego, salud, educación, etcétera. No cumplió

Lasso también hablaba de una verdadera reactivación económica e inversión que se planteaba lograr luego del plan de vacunación masivo. Más Ecuador para el mundo y más mundo en el Ecuador era su apuesta para otros logros económicos y acuerdos comerciales.

Pero el que era uno de los mayores retos, la lucha contra los delitos transnacionales y el cuidado de las fronteras que planteó en temas defensa, lo sobrepasó.

Terminado el primer año la evaluación no fue la mejor. Se alcanzó un aparente orden en las finanzas, y se promocionó la firma de más de un centenar de contratos de inversión con empresas ecuatorianas y extranjeras, que además incluía un sustancioso acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero para entonces, la crisis de inseguridad ya era más grande que cualquier otro problema. Ese primer año de Lasso es recordado -hasta ahora- como el de la peor crisis de seguridad de la historia del país. Las muertes violentas se incrementaron como nunca antes, posicionando a Ecuador como uno de los países más peligrosos de la región.

El negocio del narcotráfico se tomó las calles, los puertos, las fronteras, las cárceles y hasta las instituciones. La guerra entre bandas criminales puso al país de rodillas y ya para 2023 la situación sigue empeorando.

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Y con todo lo que ocurre, adicionalmente, un ineficiente sistema público ha puesto a los ecuatorianos a reclamar por servicios tan básicos como el turno para sacar o renovar una cédula o un pasaporte. Y lo más grave, la falta de medicamentos en los hospitales con ciento de pacientes exigiendo ayuda del gobierno, y hay más.

Pero lo que lo llevó al momento actual, su paso al costado decretando la muerte cruzada para disolver la Asamblea Nacional y gobernar solo por seis meses más, tuvo origen en una larga crisis de gobernabilidad.

Lasso ha tenido que enfrentar marcadas pugnas con otros poderes del Estado. Evidentemente la principal fue con la Asamblea, que no permitió el paso de varias de las propuestas legales enviadas por el Ejecutivo.

Lasso gobernó con el decreto de esta norma jurídica bajo el brazo. En mayo de 2021, fue tentado en varias ocasiones para aplicar la muerte cruzada, pero no lo hizo. Una de ellas ocurrió luego de la peor masacre carcelaria ocurrida en el país, cuando la exministra de gobierno Alexandra Vela en marzo de 2022 le sugirió su uso.

Posteriormente, la Asamblea intentó, en junio de 2022, activar este recurso cuando las protestas indígenas paralizaban al país. Una acción que duró alrededor de 18 días, ocasionando pérdidas económicas por más de mil millones de dólares. Para entonces, los asambleístas no lograron los votos con los que intentaban destituir al presidente, y Lasso desistió de usar el decreto.

En 2023, la situación no cambió, y durante los primeros meses del año, varios opositores y legisladores presionaron al Primer Mandatario para que tome la decisión aún sabiendo que perderían sus puestos.

Finalmente, cuando Lasso firmó, fue porque enfrentaba a la posibilidad de ser destituido en un juicio político en la Asamblea Nacional, por ello, dio paso al Decreto Ejecutivo 741 con el que disolvió el Parlamento y ordenó al Consejo Nacional Electoral (CNE) convocar a nuevas elecciones.

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Pero en medio esto, la inédita situación política de Ecuador puso a la Corte Constitucional en una especie de contrapoder similar al de la Asamblea, que no da paso a la mayoría de los decretos ley de materia económica, argumentando que no son urgentes.

Y lo que debió ser la gran oportunidad para Guillermo Lasso, como se esperaba, una vez que pudiera gobernar sin los límites que le puso la Asamblea, solo le ha generado más desgaste político y que ahora se esté despidiendo con más errores que aciertos. Y el tiempo ya le juega en contra.

El Mandatario estará en funciones hasta diciembre de 2023 sin haber logrado solucionar los problemas que aquejan a los ciudadanos. Coches bomba, crisis carcelarias, asesinatos en ascenso y secuestros se han convertido en el 'pan de cada día'.

Ante esa situación, el Gobierno se defiende argumentando que han logrado récord de incautación de droga y que la violencia es la reacción de las bandas criminales.

Se habla también del incremento del Sueldo Básico Unificado y la reducción del índice de la desnutrición crónica infantil como otros de sus logros. Pero lo pendiente es más.

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Para la analista política, Patricia Estupiñan, el problema principal es que la muerte cruzada se aplicó por primera vez y que todos tenían ideas diferentes al respecto, “Creímos que el Presidente sin Asamblea podía enviar los decretos y como eran de carácter económico urgente no debían sino procesarse y punto”.

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“La muerte cruzada llega cuando él está desgastado y cuando ya hay la perspectiva de que es un presidente que está en el término de sus funciones, y que en realidad ya los demás no lo perciben con poder. Entonces, no logra sus objetivos”.

Otro detalle que resalta Patricia Estupiñan es que “desafortunadamente no tuvo conocimiento de cuán grave era el problema del narcotráfico y eso le engulló, también”. Todo eso ha influido en su desgaste y el desencanto, dice la analista.

Castigó a la clase media porque no sólo que le subió los impuestos, sino que le retiró la posibilidad de deducciones, dice Estupiñan. "Y, a la larga, es lo único que ha podido corregir, pero ya cuando él está desgastado cuando perdió el respaldo de quienes lo llevaron al poder”.

Para Patricia Estupiñan es importante explicar que, por ejemplo, hoy anuncia algo que dijo que iba a ser una de las prioridades de su Gobierno, el combate a la desnutrición crónica infantil, “y bajar tres puntos en la tasa de desnutrición crónica infantil es un logro, un logro que no se obtuvo en los 10 años del gobierno de Rafael Correa en que la tasa no cambió en absoluto”. Entonces, ¿qué pasa? Ya al final de su mandato a nadie le significa importante este logro, no le suma en su periodo cuando hay una deuda social enorme.

Finalmente, la analista política dice que lo único que esto refleja, por si esperaban cambios importantes en el país luego de la muerte cruzada, es que el Guillermo Lasso antes de esa decisión y después, ha sido la misma persona y con las mismas características que han hecho que su Gobierno se desgaste tan rápidamente.

“No se adoptaron mecanismos adecuados para asegurarse que los proyectos que envían no sean rechazados. No es solo cuestión de enviar, aparentemente no se hizo el seguimiento”, dice Burbano, que en definitiva explica que no hubo gestión, algo que sorprende de una persona que en cambio logró hacer una institución privada muy eficiente.

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