¿Cómo saber si hackearon tu Smart TV?

La ciberseguridad ya no es un problema exclusivo de ordenadores y smartphones; con la llegada de la tecnología inteligente, el peligro de que una Smart TV sea hackeada es una amenaza real. Aunque los virus específicos para televisores, como el pionero Flocker de 2016, se mantienen en un perfil bajo, estos dispositivos son susceptibles a ataques, especialmente si utilizan sistemas operativos como Android TV. Si bien no suelen manejar datos bancarios, un hackeo podría comprometer cuentas de streaming (Netflix, Spotify) e incluso espiar a través de la cámara y el micrófono integrados.

Una de las formas más sigilosas de saber si tu televisor está comprometido es mediante el hack conocido como "Weeping Angel", que simula el apagado del dispositivo. En lugar de apagarse por completo, el televisor solo apaga la luz de fondo, dejando activo el LED de encendido y dando acceso remoto al atacante para parasitar el micrófono y la cámara. Otras señales de que tu Smart TV podría estar hackeada incluyen:

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La infección de una Smart TV puede ocurrir por varias vías. La más común es a través de la instalación de aplicaciones no seguras o desde fuentes no oficiales usando paquetes APK. Además, utilizar memorias USB infectadas para reproducir contenido multimedia o tener los comandos ADB habilitados mientras la televisión está conectada a una red Wi-Fi insegura, pueden abrir una puerta trasera a los ciberdelincuentes que ya estén dentro de tu red doméstica.

Afortunadamente, existen pasos concretos para prevenir y remediar estos ataques. En cuanto a la prevención, la regla de oro es evitar instalar apps de fuentes no oficiales. Para una protección extra, es recomendable conectar la TV a internet mediante cable Ethernet en lugar de Wi-Fi, ya que la conexión por cable suele ser más segura. Además, algunos fabricantes, como Samsung, incluyen escáneres de seguridad nativos que se pueden activar en el menú de ajustes para buscar malware.

Si tu televisor presenta actividad sospechosa, la medida más drástica, pero efectiva, es el restablecimiento de fábrica. Esta acción borra todo rastro del malware instalado, devolviendo el dispositivo a su configuración original, aunque deberás reinstalar y reconfigurar todo desde cero. Si bien las posibilidades de un hackeo son bajas si se mantienen unos mínimos de seguridad, es fundamental estar alerta, pues un Smart TV comprometido puede convertirse en una puerta de entrada para infectar otros dispositivos conectados a tu red doméstica.

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