Cuando el cuerpo habla: así se manifiestan las emociones que reprimes
Reprimir lo que sientes no solo afecta tu mente. También puede causar dolores físicos, problemas digestivos y fatiga. Te explicamos qué ocurre en tu cuerpo y cómo proteger tu salud.
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Personas que no dicen lo que sienten.( )
¿Alguna vez te ha dolido el estómago antes de una situación difícil? ¿O has sentido un nudo en la garganta cuando intentas callar algo que te incomoda? No es casualidad.
La ciencia ha demostrado que las emociones reprimidas, lo que comúnmente llamamos “tragar emociones”, pueden activar respuestas fisiológicas que afectan directamente al cuerpo. Desde dolores musculares crónicos hasta problemas digestivos o dificultades para dormir, el cuerpo encuentra formas de manifestar lo que la mente intenta ocultar.
En Hablemos de Salud, revisamos lo que dicen las investigaciones científicas y te explicamos cómo estas emociones atrapadas pueden convertirse en síntomas físicos y qué puedes hacer para evitarlo.
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¿Qué significa realmente tragar emociones?
Reprimir emociones no es simplemente estar en silencio. Implica un proceso psicológico llamado supresión emocional, donde la persona bloquea conscientemente sentimientos incómodos para evitar conflicto, vergüenza o vulnerabilidad.
Estudios publicados en Psychological Science y Journal of Personality and Social Psychology muestran que este mecanismo exige un esfuerzo cognitivo elevado y activa respuestas biológicas de estrés sostenido.
Es decir: el cuerpo “hace el trabajo pesado” cuando reprimimos lo que sentimos.
Qué ocurre en el organismo cuando reprimes emociones
Las investigaciones señalan varios procesos clave:
1. Activación constante del sistema de estrés
La supresión emocional activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), elevando niveles de cortisol. Estudios de la Universidad de Texas y Stanford confirman que esto genera:
2. Efectos en el sistema inmune
Según investigaciones publicadas en PNAS y Brain, Behavior, and Immunity, reprimir emociones reduce la respuesta inmunológica, lo que hace al cuerpo más vulnerable a infecciones.
3. Cambios en el sistema digestivo
Las emociones reprimidas afectan al eje cerebro–intestino, alterando funciones como:
Esto puede manifestarse como gastritis, intestino irritable o malestar estomacal.
4. Tensión muscular y dolor crónico
El cuerpo puede “guardar” emociones en forma de contracción muscular persistente. La American Psychological Association (APA) señala que esto contribuye a:
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¿Qué es la somatización y por qué ocurre?
La somatización es el proceso mediante el cual el cuerpo expresa a través de síntomas físicos un malestar emocional o psicológico que no ha sido identificado o procesado adecuadamente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Psychiatric Association, las personas que somatizan no “inventan” el dolor: los síntomas son reales, medibles y pueden afectar seriamente la calidad de vida.
Cuando una emoción no se expresa —como miedo, tristeza, enojo o estrés crónico—, el organismo busca otra vía para manifestarla. Esa vía suele ser el cuerpo.
Síntomas físicos comunes de reprimir emociones
Estos síntomas no aparecen “solo en tu mente”: tienen bases fisiológicas reales documentadas por la neurociencia y la psiconeuroinmunología.
Tragar emociones no te hace más fuerte; te sobrecarga. Lo que callas, tu cuerpo lo expresa. Dolor físico, malestar digestivo, cansancio y tensión son señales reales de emociones que necesitan salir.
Reconocer lo que sientes, expresarlo de forma saludable y buscar apoyo cuando lo necesitas no es debilidad: es una forma de proteger tu salud.
El cuerpo habla... y escucharlo a tiempo puede marcar la diferencia entre vivir en tensión o recuperar el bienestar.
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