Alias Pipo, con Los Lobos, replicó la guerra narcomexicana en su disputa contra Los Choneros

La recaptura de Wilmer Chavarría, alias Pipo, en Málaga (España) representa la caída del delincuente más buscado del Ecuador y desmantela parcialmente una estructura criminal transnacional. Durante cinco años, Pipo, cabecilla de los Lobos, conectó a esta organización con el cártel Jalisco Nueva Generación de México, consolidando un corredor criminal.

Según información oficial a la que Ecuavisa tuvo acceso, el cártel mexicano financiaba la compra de cocaína a exmiembros de la FARC en Colombia, droga que luego era trasladada a Ecuador para ser enviada a países de Europa en contenedores que salían de los puertos de Guayaquil y Esmeraldas.

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Una vez en el continente europeo, el cargamento era entregado a mafias albanesas y serbias que se encargaban de distribuir la sustancia en España, Países Bajos, Italia y Alemania. Con completando así una cadena criminal que convirtió a Los Lobos en un eslabón estratégico del narcotráfico global.

Desde la clandestinidad y con siete cirugías para alterar su identidad, Pipo también financiaba el cartel Nueva Generación Ecuador, que fue un grupo sanguinario integrado por sicarios. Pipo fue reclutado en la cárcel de Latacunga por alias Rasquiña, cabecilla de Los Choneros, pero luego de su asesinato en 2020, Pipo se separó de Los Choneros y consolidó a Los Lobos.

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Informes de inteligencia revelan que Pipo negociaba con los mexicanos armamento y tecnología para sostener la disputa territorial con Los Choneros, aliados del cártel Sinaloa, replicando en Ecuador la guerra narcomexicana. Este martes, la justicia española ordenó su prisión provisional mientras se procesa su extradición a Ecuador.