Las extorsiones afectan la economía de Guayaquil: repartidores y expresos no quieren ingresar a ciertas zonas

La triplicación de casos de extorsión a nivel nacional en dos años se siente en Guayaquil. En 2021 hubo 1 600 denuncias de este delito, pero hasta septiembre de lo que va del 2023, se han reportado 5 930 según la Policía Nacional.

Una forma en la que se producen estas amenazas consiste en poner explosivos frente a negocios si los delincuentes no reciben un pago determinado.

En ciertas ocasiones se materializa esta intimidación, como ocurrió la mañana del 15 de septiembre en Pascuales, norte de la ciudad, cuando una farmacia quedó destruida por la detonación de un artefacto.

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Por esta situación, varias tiendas optan por cerrar, ante la incertidumbre de que sus vidas estén en peligro. Pero también otras personas involucradas en el comercio minorista, como los surtidores de productos, son víctimas.

A los conductores de camiones repartidores les llegan mensajes que deben pagar cierta cantidad de dinero para ingresar a ciertas zonas, y que si no lo hacen, sufrirán las consecuencias. Por esto dejan de visitar barrios principalmente del sur de Guayaquil, como algunas cooperativas de Guasmo Sur, y sectores del norte y noroeste de la ciudad.

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Esto tiene el efecto de desabastecer a las tiendas de barrio, que no tienen otra alternativa que detener operaciones. Un equipo de Televistazo constató que esto ocurrió en la coop. 24 de Agosto en Mapasingue, donde tres locales cerraron en la misma cuadra.

El acceso al empleo y a la educación también están siendo afectados por el incremento de extorsiones e inseguridad, pues los expresos sufren los embates de la delincuencia.

Esta semana se reportó un caso en el que uno de estos vehículos fue baleado mientras transportaba a empleados de una empresa al salir de la jornada laboral, fue interceptado por delincuentes.

Oswaldo Guamán, presidente de la Federación Nacional de Expresos, señaló que a los conductores se les pide entre 3 a 5 dólares al entrar en zonas conflictivas de Guayaquil.

"Son casi 200 dólares tener que pagar de vacuna para poder trabajar, por eso es que ya no quieren salir a trabajar en la noche los compañeros", relata.

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Indica que las rutas identificadas de mayor peligrosidad se concentran en Mucho Lote, la Entrada de la 8, en la Coop. San Francisco y La Ladrillera.

Asegura que se le ha pedido a la Policía un corredor seguro para trabajar, pero no han sido atendidos.