Los chicos de la mafia: la generación perdida | Los menores de edad llaman empresas a las organizaciones criminales que los recluta
A cambio de dinero y droga, los niños y adolescentes deben traficar en horarios específicos y cumplir metas. Según información policial podrían recibir de USD 2 mil a USD 4 mil al mes por actos delincuenciales.
Raúl está a días de ser mayor de edad. Estuvo cinco años en una organización criminal a la que él llama empresa. La describe como rentable pues ahí logró tener dinero fácil y rápidamente.
Pero desde hace cuatro meses huyó de esta mafia que tiene un esquema de venta y distribución de drogas al menudeo y en sus inicios el dinero fácil fue el centro de atención que lo enganchó a él y a todos los menores de edad.

"En mi casa, como venía de una familia humilde, no me daban lo que en su momento yo quería. Entonces, él siempre entró por el lado de lo económico y él me dijo que con esto iba a ganar dinero"
Como si fuera un trabajo formal, debía cumplir horarios y tenía asignaciones específicas; "empezaba a trabajar de lunes a viernes, yo vendía 200, de 8 a 11 de la mañana y de ese porcentaje me daban el 5 % que eran USD 20, y así hasta las 11 de la noche vendía 200 más. Estaba ganando entre USD 50 y USD 60".
En el 2024, 2 277 menores entre 12 y 17 años fueron aislados por los delitos de robo, tráfico de armas, droga, secuestro, extorsión, asesinato, terrorismo, asociación ilícita, homicidio, delincuencia organizada y sicariato.
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Dos veces fue detenido con drogas, pero las ventas seguían porque otros menores se hacían cargo de la calle en la que él traficaba.

"En el grupo en el que yo estaba trabaja con seis menores de edad como yo, conmigo eran siete. Habían (chicos) de 14, de 15, 17 y 13 años. Si no alcanzas a venderla, tienes que caminar y salir a otras callesa arriesgándote".
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Él dejó el colegio para ingresar a la mafia y lo mismo hicieron otros compañeros, al punto que las aulas de clases de ciertos colegios lucen vacías. "Me fugaba del colegio, dejé los estudios a un lado. le decía a mi mamá que me iba a estudiar (...) e iba al trabajo, al trabajo supuestamente".
Los adolescentes son, dice, el último eslabón de un esquema criminal amplio:

"La empresa está conformada por el cabecilla, las dos manos derecha, y las personas que ponen en práctica lo que ellos dicen, que somos nosotros, los menores de edad".
¿Por qué ocurre esto? Según él porque no van a prisión o no están mucho tiempo detenidos debido a que no son adultos. "Nosotros somos los que ejecutamos el plan que ellos piensan, nosotros vamos a poner la dinamita, las bombas, a matar si es que nos toca matar, secuestrar si es que nos toca secuestrar, porque es la orden que viene".
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Según una fuente policial, los menores pueden generar hasta USD 4 000 al mes por actos criminales. "Si cobran USD 5 mil por recompensa, de esos USD 5 mil, son USD 1 000 para cada uno". Añade que contrario a eso, el sicariato es menos rentable para ellos porque solo les pagan entre USD 100 o USD 200.
A él siempre le gustó leer y se aferra a los libros. Ahora permanece en este cuarto, lejos de su entorno familiar, académico y social. No quiere morir, ni ir de nuevo a la cárcel por lo que ha decidido quedarse aquí porque no encuentra otra forma de superar su adicción a las drogas y al dinero fácil.
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