Cafeterías de especialidad en Quito, un recorrido para disfrutar con sorbos
Las tres cafeterías de Quito que se ubicaron en las 100 mejores de Sudamérica, según el ranking de The Best, muestra una tendencia del café de especialidad que va en aumento en la capital. Ecuavisa.com te cuenta sobre algunas de ellas.
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En noviembre de 2025, tres locales de café de especialidad de Quito han sido incluidas entre las 100 mejores de Sudamérica por el ranking de The Best: Fankor en el puesto 4; Guayasamín, 21; y Stratto en el 54.( )
De la finca a la taza. Algo que reúne las diferentes cafeterías de especialidad, es que su relación con el café es similar: una relación con los caficultores más directa y una intervención en el tueste del grano. “Actualmente, nosotros hemos trabajado con más de 50 fincas, unas 60, porque trabajamos con los lotes muy específicos”, señala Carolina Ortiz de Coffee Relief.
“Creo que acá el café de especialidad empieza más o menos hace unos 12 o 13 años con cafeterías que ya desaparecieron”, señala Juan Pablo Donoso de Roveta. En noviembre de 2025, tres locales de café de especialidad de Quito han sido incluidas entre las 100 mejores de Sudamérica por el ranking de The Best: Fankor en el puesto 4; Guayasamín, 21; y Stratto en el 54.
“Somos un mercado de consumidores que ha entrado en los últimos 10 años a una etapa nueva de consumo de café”, específica Philipp Broz, tostador de la cafetería que lleva su apellido. Según Quito Turismo, en la capital existen 1 555 cafeterías, sin distinción entre las que son de café de especialidad, franquicia o de café comercial. Ecuavisa.com te deja un recorrido de algunas de las cafeterías de especialidad para conocer en la ciudad.
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Broz, la cafetería y tostaduría de Las Casas
Philipp Broz inicia su proyecto de tostaduría de café a mediados del 2018 como venta a restaurantes y a domicilio. “Yo estudié turismo, comencé en Ecuador y pude acabar en mi programa en Australia”, cuenta al momento de recordar donde se acercó al café de especialidad. Según Broz, en el país de Oceanía el mercado de las cafeterías está mucho más avanzado. “En un barrio como Las Casas de allá hay unas cinco a seis cafeterías y tostadurías”, recalca.
En 2020, Broz se ubica en el barrio Las Casas, en el centro-norte de Quito, en el local donde ahora está Plural, casa de bebidas del sector. “Yo me dije que esto en algún punto de la pandemia se va a acabar y la gente va a volver a ir a las cafeterías”, recalca Broz sobre su motivación para ampliar su negocio del café.
Philipp Broz cuenta que tiene clientes del mismo barrio que acuden a su barra por café. “Yo soy una cafetería y tostaduría de este barrio”, contestando a la posibilidad a mudarse a tras zonas de Quito como la av. González Suárez, av. República de El Salvador o Cumbayá.
Ni bien entras, como cliente primerizo, la primera pregunta es: “¿Cómo te gusta tomarte el café?”. Para Philipp Broz a partir de esa pregunta se realiza una pesquisa del gusto del cliente antes de recomendar un producto de su menú. “Porque aquí cuidamos el café desde que se cosecha hasta que llega a tu casa”, comenta.
Palatu, la búsqueda de la experiencia cafetera
Hace cinco años, por allá en el 2020, con la pandemia del covid-19, Palatu fue fundado en la av. Catalina Aldaz, en el norte de Quito. “Me inspiré mucho en las cafeterías de Canadá, que estuve viendo cuando estudié en Ingeniería Civil”, cuenta Pablo Esteban Puente, barista que junto a su padre Esteban fundaron la cafetería de especialidad.
Para los dos el negocio es netamente familiar: Mónica, madre de Esteban y esposa de Pablo, es chef pastelera y se encarga de los postres de Palatu; Daniela, la hermana, estudió marketing y es DJ, y a veces aplica sus conocimientos en la cafetería. “Mi formación es más la parte de finanzas”, explica Pablo papá sobre su intervención en el local. “Nuestro público promedio es, primero, mujeres: dos tercios lo son. Nuestro público está en el orden de los 20 hasta los 30 a 25 años”, desglosa el padre, dejando claro que él domina los números del negocio.
Pablo y Esteban detallan que para ellos lo más importante es brindar la experiencia del café. “Trabajamos con los mejores cafés posibles que tenemos en el alcance. Pero a todo eso acompañamos con todo un entorno de factores como el acompañamiento en otros de ítems que vienen bien con el café, como son los postres, también ahí estaba”, aclara Pablo papá. “Nosotros tratamos una experiencia de un café que sea integral, que involucre desde la decoración, las tazas, el diseño de la cafetería, la iluminación, la música”, enumera Esteban, para dejar claro que para ellos su servicio no solo se reduce en un producto, aunque sea el principal.
“Hemos trabajado con cafés de algunas provincias aquí en Ecuador, de Inmbabura, Pichincha y ahora de la Amazonia también”, detalla Esteban. Lo que hace necesaria que la pregunta esencia sea ¿Cómo te gusta tu café? Sin embargo, como cuenta Pablo papá, “lo que más vendemos de aquí, obviamente son los capuchinos americanos, café filtrado”. Y para filtrar, hay que saber qué tipo de bebida te gusta antes de preparar, porque cada parte del proceso, desde el tueste hasta la molienda, incide en la técnica.
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Guayasamín, las diferentes presentaciones del café
La marca de café Guaysamín tiene 10 años de existencia. Actualmente, tienen tres locales en Quito: uno en la Mitad del Mundo, donde tuestan el café; otro en la av. República de El Salvador, en formato callejero de una barra pequeña y unas mesas; y la última se encuentra en el Centro Histórico, en las calles García Moreno y Mejía. Este 2025, el ranking The Best la colocó en el puesto 21 de las 100 mejores de Sudamérica.
Al entrar en sus locales el café se toma el protagonismo. Desde los productos a base del café como el té hecho con infusión de cáscaras del grano y la botella de ron con café. Incluso, como explicó Alexis Guayasamín padre, el logo de la cafetería nace de un símbolo que vio en Tulipe, Pichincha, donde se ubica la primera haciendo con quien hicieron contacto, y al final le agregaron un pequeño grano. Todo se vincula al café.
Alexis y Martín, los hijos, son dos baristas premiados y están al frente de la cafetería. “Nosotros en Café Guayasamín utilizamos un tueste que se denomina doble propósito, que es funcional tanto para bebidas de expreso y cafés filtrados”, asegura Martín. Para eso en la cafetería renuevan de granos cada 15 a 20 días y compran cafés calificados con 86 puntos o más para garantizar la calidad de la bebida.
La constante rotación de los granos han creado, según Martín Guayasamín, una clientela habituada al cambio. “Nuestro cliente es el que te dice “oye, ya probé este café, ¿cuándo lo cambian?, ¿este productor ya lo conozco?””, asegura.
Roveta, una barra de café en revistas de arquitectura
Roveta, ubicada en al av. 12 de Octubre, en el norte de Quito, nace después de la pandemia del covid-19 como una barra para probar y experimentar diferentes tipos de café. “No teníamos nada para acompañar un café. Hacíamos catas, por ejemplo, nosotros cuando iniciamos teníamos cinco tipos de café diferentes para ofrecer, pero lastimosamente el mercado no estaba preparado para eso”, cuenta Juan Pablo Donoso. Ahora la cafetería compra el grano en verde y lo tuesta.
Juan Pablo es administrador de recursos humanos de profesión. Sin embargo, el desempleo causado dentro del marco de la emergencia sanitaria, lo motivó a ver otras alternativas, una de ellas el café. “Comienza porque él (su socio en la cafetería) vivía en Perú”, cuenta Donoso y asegura que el mercado cafetero en el país vecino del sur está más potenciado.
Una de las distinciones de la cafetería de especialidad es el diseño del local: una esquina triangular con una barra en el segundo piso, sobre la caja y la cocina, transportando los pedidos a través de un pequeño ascensor. Todo empaquetado entre paredes transparentes. Esa imagen llamó la atención de varias revistas de arquitectura como ArchDaily.cl o Archello. “Fue tal impacto que hubo un momento donde empezaron abrir cafeterías compitiendo por el diseño, no por el café”, cuenta Juan Pablo.
Si le preguntas a Juan Pablo cuál es la especialidad de Roveta, responde sin titubear: “el expresso y el flat white”. Para él, la cafetería mantiene dos perfiles de clientes: el clásico, con un sabor amargo y fuerte; y el que pertenece más al de especialidad, que pide diferentes variedades de grano y procesos, que abre más el abanico de sabores.
Stratto, la bodega de café de La Floresta
En 2017, Stratto nace como una nueva propuesta de cafetería que cierra por la pandemia del covid-19. Así se mudan a la venta por internet. En diciembre de 2024, volvieron a abrir una cafetería en Vizcaya y Valladolid, en el sector de La Floresta, en el centro-norte de Quito, y para 2025 se colocan en el puesto 54 de las 100 mejores cafeterías de Sudamérica, según el ranking The Best.
En el menú de Stratto la forma de hace café oscila desde los tradicionales como el expreso, americano, capuchino u otros, hasta los filtrados con la variedad de líneas de café tostado que la bodega ofrece. Incluso, en las bebidas frías se encuentran variedades más allá de Iced Coffee o el Cold Brew, como el Honey Peachment o bebidas alcohólicas como el Coffee Gin Tonic y Coffee Mojito.
“Mira, cuando decidimos reaperturar la cafetería y también cuando empezamos con el tema de distribución, básicamente podríamos segmentar en dos tipos de clientes principales (...) Los clientes que les gusta el café de forma un poco más tradicional y los que buscan algo diferencial”, comenta Jonathan Ramírez, tostados y uno de los socios de Stratto. Para Ramírez en la variedad está la distinción de su cafetería, ya que no existe un café que le guste a todo el mundo.
Ramírez especifica que cuando entra un cliente a Stratto no lo bombardean con información técnica. Para él, el público siempre elige el café de mejor calidad. “Se guían por la fragancia. No los aburrimos o confundimos con exceso de información, de tecnicismos, sino que sus sentidos lo guían”, resalta.
Coffee Relief, apuntando hacia afuera
La idea de Coffee Relief germina cuando Nardelia Espinoza regresa a Ecuador de su maestría en INCAE Business School con la idea del café. “Para ese entonces cada uno estaba en ámbitos diferentes. Mi hermana (Ángeles) es diseñadora de producto. De mi lado, yo soy abogada en aviación y mi hermano (Juan Pablo) es ingeniero industrial”, cuenta Carolina Ortiz, sobre el origen de la cafetería de especialidad.
La cafetería de especialidad estimaba abrir el 2 de abril de 2020; pero la cuarentena de la pandemia de covid-19 inició el 16 de marzo de ese mismo año. “Así que nos tocó dar un giro impresionante a la empresa y lo que hicimos fue ahí sacar café a domicilio y en efecto ahí es donde ocurre nuestra primera exportación a Estados Unidos”, cuenta Carolina.
La primera cafetería se ubicó en la planta baja del Hotel Quito, en el sector de la González Suárez, en el norte de Quito. Ahora ese local se esfumó y aparecieron cuatro: la central, donde se tuesta el café, en la calle Boyacá, en Tumbaco; uno en el centro comercial La Equina, en Cumbayá; en el Business Center Produbanco de la av. República de El Salvador; y en la av. Whymper. Extendiéndose entre el norte de Quito y los valles.
Carolina Ortiz asegura que “actualmente, la empresa cuenta con ocho líneas de negocio del café. Entonces, claro, no es una cafetería, somos una empresa, la cual exporta, de asesorías, tenemos presencia en otros países”. Además de Estados Unidos, el grano ha llegado a Chile y Uruguay, el otro extremo del continente.
Fankor, el reconocimiento del café local
Pablo Mateus cuenta que era 2017 cuando probó el café de especialidad por primera vez. Junto a su esposa viajaron a Irlanda y le sorprendió. “En Amsterdam encontramos una cafetería que ofrecían un café de una finca en Zamora Chinchipe. Entonces dijimos: ok, si hay esto en Ecuador”, recuenta Mateus.
Pablo cuenta que poco a poco entendió que el tueste del café es definitivo para encontrar el café que tomó en Europa y se fue involucrando. En 2018, el proyecto arrancó. Ahora, en noviembre de 2025, Fankor se colocó en el puesto 4 de las 100 cafeterías de Sudamérica, según el ranking de The Best.
La primera cafetería y tostaduría se ubicó en una casa antigua en la av. 6 de Diciembre, en el norte de Quito. Ahora, se amplió y se trasladó en la av. Whymper y Orellana, a unas cuadras del lugar donde se aplicó la idea original. “Nos preocupamos mucho de que el perfil vaya con lo que queremos vender nosotros: es decir, que sean mucho más delicados, que tengan una acidez pronunciada, que sean florales y que no sean perfiles muy sencillos, sino que sean complejos”, explica Mateus.
Mateus explica que nunca han tenido intermediarios entre los caficultores y ellos. Después de recibir el grano en verde, hacen muestra de los perfiles de tueste. “Después de eso, nos esperamos unos dos días para que el café esté listo para poder servirlo como filtrado o 15 a 30 días para expreso, porque lo que queremos es que el café se desgasifique para que se presente de la mejor manera posible”, relata.
Fankor no solo se destaca por el café de especialidad y tueste. Para Pablo Mateus, la experiencia completa no solo se centra en la taza, sino con lo que le acompaña. “Lo acompañamos con una panadería, pastelería y cocina que nosotros mismos creamos, creo que eso nos abre mucho más el campo de nuestros clientes desde gente que viene o solamente por el café o gente que viene por la comida”, concluye.
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