Elecciones Ecuador 2025: ¿Los votos nulos y blancos pondrán al próximo presidente?

En la primera vuelta de las elecciones en Ecuador, 2 millones 229 mil votos quedaron sueltos. Ahora, esos votos serán decisivos para definir si Daniel Noboa o Luisa González ganan la presidencia.

Según el mapa electoral, la distribución regional de estos votos en disputa muestra que en la Costa hay 987 mil votos disponibles, en la Sierra 1 millón 96 mil, en la Amazonía 120 mil, en Galápagos 3 mil y en el exterior más de 22 mil.

La disputa por esos votos será más fuerte en cinco provincias clave: Guayas, Pichincha, Manabí, Cotopaxi y Azuay. Sin embargo, algo llama la atención: el 45% de esas votaciones, es decir, un millón, son nulos y blandos, lo que los convierte en un factor imposible de ignorar para ambos candidatos en este balotaje.

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Guayas es el escenario con más votos en juego, con 245 mil nulos y blancos dispersos en toda la provincia. De ellos, la mitad está fuera de Guayaquil, Durán y Samborondón. En Pichincha, solo en Quito, la capital, aún hay 100 mil votos blancos y nulos por convencer.

Manabí, considerado un bastión correísta, tiene 200 mil votos en disputa, de los cuales el 130 mil son blancos y nulos. En Azuay, hay 115 mil electores disponibles y casi el 40%, es decir 45 mil, corresponden a votos blancos y nulos.

Cotopaxi es un caso aparte. De los 135 mil votos disponibles, 89 mil pertenecen a Leonidas Iza, concentrados en cantones como Latacunga, Pujilí y Sigchos. Solo 29 mil son blancos o nulos.

La consultora política del Centro de Investigaciones y Estudios Especializados (CIEES), Tatiana Larrea, en el programa Políticamente Correcto, explicó que, para captar a estos electores alejados de la política, los candidatos deben ajustar sus estrategias milimétricamente.

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"La clave está en la microsegmentación, en dirigir mensajes específicos a cada provincia y comunidad con las propuestas que realmente les interesan", señala.

Larrea advierte, sin embargo, que los candidatos deben hacerlo sin descuidar a los votantes que ya los eligieron en la primera vuelta, puesto que no es un voto sólido.

"Noboa y Luisa deben hilar muy fino para no perder parte de esos 44 puntos que ya obtuvieron, porque pueden escaparse fácilmente", enfatiza.

El exsecretario de Comunicación, Leonardo Laso, coincide en que la pelea por los votos sueltos es importante, pero que también deben cuidar el voto blando, es decir, aquellos que ya los eligieron, pero que en segunda vuelta pueden cambiar de decisión.

"Hay entre 6 y 8 puntos de votos frágiles que pueden moverse de un candidato a otro si no se los cuida bien. Si no los convencen, incluso podrían aumentar el voto nulo", advierte Laso.

Arturo Moscoso, analista político y director de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad UIDE, también invitado al panel señala que, en el caso particular del voto nulo, este podría perjudicar más al correísmo en los balotajes, basado en cifras de las tres elecciones anteriores, lo que podría beneficiar al candidato Noboa.

"Recordemos que, aunque Luisa ya rompió el techo histórico del correísmo en primera vuelta, quedan muy pocos votos que rascar en segunda vuelta; está casi al límite de llegar a su techo", afirmó el analista.

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Según los analistas, esta campaña presidencial ha sido de las más polarizadas en los últimos años, lo que ha provocado que las principales redes sociales se llenen de insultos, críticas, acusaciones e informaciones falsas. Debates sobre el campo Sacha, la dolarización, Venezuela, las bases militares o el caso Triple A lo corroboran.

"Y con el surgimiento de la Inteligencia Artificial, la siguiente campaña y las próximas serán aún más fuertes y descarnadas", señala la consultora Tatiana Larrea.

Para Arturo Moscoso, la polarización tiene que ver con una figura pública que despierta muchos sentimientos en los ecuatorianos: Rafael Correa. El expresidente de la República y líder de la Revolución Ciudadana ha generado un gran debate de controversias y acusaciones por parte de sus adversarios políticos, que, según Moscoso, podría jugar en contra del correísmo.

"Si bien un 30% de los ecuatorianos lo aman con locura, hay otro 30% que lo odia profundamente. Esa es la gran disyuntiva del correísmo: ¿qué hacer con su líder si siempre hace lo que le da la gana?", señaló.

Laso sostiene que, aunque es poco probable que en esta segunda vuelta el país se aleje de la polarización, no es recomendable que ninguno de los dos candidatos se radicalice en sus campañas. Más bien, asegura que la clave está en estudiar a fondo las provincias donde quedan más votos sueltos y presentar alternativas realizables a corto y mediano plazo.

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