07 nov 2025 , 17:53

El centro de rescate animal Coca Zoo en Orellana, un espacio clave para la conservación amazónica

En sus 100 hectáreas de bosque se recuperan especies que han sido víctimas del tráfico ilegal y la caza. Allí, cada liberación de ejemplares cautivos marca el comienzo de un nuevo ciclo en la naturaleza.

   

Un coro de guacamayos rompe la quietud de este bosque. Entre el follaje del Centro de Rescate Animal Coca Zoo, en la parroquia, El Dorado de El Coca, en la provincia de Orellana. El azul, rojo y amarillo de sus alas ilumina el paisaje.

Son aves que alguna vez vivieron en jaulas y hoy aprenden a volar de nuevo entre los árboles de guayaba que cubren parte de las 100 hectáreas del refugio.

En los aviarios del ingreso, conviven guacamayos de especies como "Ara Macao" con loros, tucanes y pericos. Entre ellos, las loras cabeciazul —una de las más traficadas de la Amazonía— que se adaptan lentamente tras haber sido rescatadas en operativos contra el tráfico de animales silvestres.

Algunas llegaron con las plumas cortadas o fracturas en las alas.

Quote

“Para que se recuperen las guías tiene que pasar de 6 a 8 meses a veces o hasta un año”.

Lea: Nanegalito, el paraíso del noroccidente donde la naturaleza se conserva viva

El proyecto, impulsado por el Municipio de Francisco de Orellana, cuenta con una clínica veterinaria donde cada año se atienden alrededor de 150 animales, víctimas del tráfico, la caza o del cautiverio doméstico.

A un costado, hay un área de cuarentena que alberga hasta 17 ejemplares a la vez: monos, mapaches, anacondas y tortugas. Allí permanecen hasta 6 meses mientras un equipo médico evalúa su recuperación.

Quote

“El Ministerio del Ambiente nos dice la zona donde vamos a liberar dependiendo de la especie”.

De las 100 hectáreas del bosque, ocho se destinan a rehabilitación y adaptación. Las 92 restantes son un espacio de libertad donde los animales vuelven a reconocer el bosque como su hogar.

Los que no pueden regresar a la selva por pérdida de habilidades permanecen en los 26 recintos del Centro, diseñados para simular su entorno natural. El primero en habitarlo fue un tigrillo macho, rescatado de una vivienda en 2011. Aún vive aquí, junto a otro ejemplar que perdió un ojo tras una herida de caza.

Más adelante, un sendero conduce a un pequeño lago donde se observa a un tapir —el mamífero terrestre más grande de América Latina— y, cerca de él, una capibara que llegó siendo cría y logró sobrevivir bajo cuidados humanos.

El recorrido continúa entre escalinatas de piedra y guadúa, rodeadas de chontas, capironas y guayacanes. En la siguiente zona, habitan venados y a pocos metros, un estanque refleja el verdor del bosque mientras las tortugas motelo se esconden dentro de sus caparazones al percibir movimiento.

Detrás de cada especie hay un equipo de 18 profesionales: veterinarios, cuidadores, técnicos y educadores ambientales que preparan las dietas, controlan la salud y acompañan cada proceso.

Cada mes, cerca de 3 000 visitantes recorren los cuatro senderos del centro para conocer de cerca la fauna amazónica.

Le puede interesar: Merazonia, el refugio selvático que ha rehabilitado y liberado a más de 500 animales en Pastaza

Desde su creación, Coca Zoo ha liberado 2 310 animales silvestres de 16 especies. Cerca del 60 % de los ejemplares que ingresan cada año logran volver a su hábitat.

Más que un centro de rescate, Coca Zoo es un recordatorio de que la vida siempre busca un camino para volver al bosque.

Noticias
Recomendadas