Nanegalito, el paraíso del noroccidente donde la naturaleza se conserva viva
La zona no solo resguarda bosques y ríos, también memorias ancestrales. Entre aves únicas y vestigios yumbos, este territorio recuerda que la conexión entre el cielo, el agua y la tierra sigue viva.
La parroquia de Nanegalito se muestra como una joya verde en medio de la neblina. Está en las montañas del noroccidente de Pichincha, a poco más de una hora de Quito.
En Nanegalito sus pobladores tienen clara la importancia de la conservación. Basta ver sus bosques, que mantienen su estructura original y biodiversidad intacta y por eso son el hogar de cientos de especies.
En el refugio Paz de las Aves, una zona de conservación, hay unas 230 especies, por su variedad, color y rareza, como el gallo de la peña, que es considerado como una de las aves más espectaculares del mundo.
Los machos tienen un plumaje naranja vibrante y una cresta pronunciada. Y su comportamiento fascinante, que incluye rituales de apareamiento en los bosques.
Aves y plantas viven en torno al agua
Nanegalito es además la zona de colibríes. No hay un número determinando, pero hay decenas de ellos revoloteando por los bosques, como el colibrí de siete colores o el brillante coroniverde.
Ángel Paz, del Refugio Paz de las Aves, explicó que han realizado un trabajo de conservación con la plantación de árboles frutales. Señaló que esto ha permitido el incremento de aves y otras especies.
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Entre los bosques además se pasean las ardillas de cola roja, una especie diurna que se encuentra además en los bosques de Colombia y Panamá.
El aire huele a bosque húmedo, a orquídeas silvestres y a tierra viva. Aquí, la naturaleza no es solo paisaje: es refugio y también historia.
Biodiversidad en cada paso
A pocos kilómetros, el sitio arqueológico de Tulipe recuerda que antes de los colonos y los caminos modernos, ya había pueblos que entendían la conexión entre el cielo, el agua y la tierra.
Los yumbos, antiguos habitantes de esta zona, construyeron tolas y piscinas ceremoniales alineadas con los astros, para rendir tributo a la naturaleza que hasta ahora se levanta junto a los vestigios.
Flor Sánchez, guía de Tulipe, contó que hay una concientización a cerca de la importancia de conservar los recursos naturales, que no son solo para el Chocó Andino, sino para Quito.
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Las fuentes de agua en un entorno de conservación son fundamentales. Uno de los ríos es el Tulipe, cuyas aguas cristalinas también albergan especies como estos basiliscos.
Se trata de lagartos similares a las iguanas, pero de aspecto más ágil y muy esbelto, y en general, de proporciones más reducidas. Es común verles descansando en las piedras junto al río
Nanegalito forma parte del Distrito Metropolitano de Quito, pero su espíritu pertenece al bosque. Los habitantes conviven con los ríos Mindo y Alambi, que serpentean entre la vegetación, y protegen especies únicas como el oso de anteojos, el tucán del Chocó. Aquí, la biodiversidad se respira en cada paso.
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