En el primer Grito de Independencia de 1809, las mujeres jugaron un papel clave y silencioso
Conozca la historia y cómo se desempeñaron Manuela Cañizares, Rosa Zárate de Peña, Manuela Espejo y María Ontaneda durante el 10 de Agosto de 1809
El 10 de Agosto de 1809, los hombres pasaron a los libros como próceres, pero las mujeres, pese a que no estuvieron en el frente de batalla ni empuñaron armas, sostuvieron la rebelión, albergando conspiraciones, cuidando heridos, transmitiendo mensajes y ocultando perseguidos.
Uno de los rostros más visibles fue el de Manuela Cañizares. Tenía 40 años cuando, en su casa, en la esquina de las calles Chile y Guayaquil, se selló el plan del levantamiento. Era la noche del 9 de agosto y cuando algunos hombres dudaron, ella soltó la frase que la historia inmortalizó:
"¡Cobardes! ¡Hombres nacidos para la servidumbre! ¡Qué se vayan los que no se sientan con el valor de ser libres!".
Ese grito encendió la chispa que amaneció en revolución. Otra destacada mujer fue Rosa Zárate de Peña, agitadora política, organizadora de tertulias, incansable en Quito, Esmeraldas y Pasto.
Su lucha terminó lejos de su tierra, capturada junto a su esposo, fue decapitada por las fuerzas afines a la corona española en Colombia. Su sangre se convirtió en uno de los primeros sacrificios femeninos por la libertad.
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Manuela Espejo y María Ontaneda
También hizo historia Manuela Espejo, intelectual, periodista y enfermera. Colaboró con su hermano Eugenio en Primicias de la Cultura de Quito. Escribió bajo el seudónimo Europhilia defendiendo la Independencia y los derechos de mujeres e indígenas. Su casa se convirtió en hospital improvisado durante epidemias y combates.
No fue anfitriona de la reunión conspirativa como Manuela Cañizares, pero sí fue una columna intelectual y humanitaria del movimiento.
María Ontaneda y Larraín era considerada como mensajera de la libertad. Nació en una familia influyente pero eligió el bando de la insurgencia.
Llevó mensajes ocultos, dio refugio a perseguidos. Son cuatro nombres de las decenas de mujeres que tejieron la rebelión desde lo invisible. Los libros de historia recogen sus vidas que también reposan en las bibliotecas del país, pues son mujeres que sostuvieron con valentía el peso de un sueño que hoy llaman patria libre.
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🇪🇨✨ El 10 de agosto de 1809, en #Quito, se dio el Primer Grito de Independencia. Seis días después se firmó el acta constituyendo un autogobierno, y una junta suprema se convirtió en el referente libertario para Sudamérica. Visitamos la Sala capitular de San Agustín, donde los... pic.twitter.com/q4oe2QQ6rt
— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) August 7, 2025
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