Este tradicional plato cuencano, normalmente consumido durante el Carnaval, fue cocinado con el objetivo de alcanzar un récord Guinness, marcando un hito en la gastronomía local.
Por segundo año consecutivo, Cuenca fue el escenario de un evento culinario que busca hacer historia: la preparación del mote pata más grande del país.
La cocción, que duró más de diez horas, involucró a 70 estudiantes de la Universidad Católica de Cuenca, así como de los Institutos Sudamericano y San Isidro, quienes, en conjunto, prepararon más de 3500 kilos de este delicioso platillo.
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En total, se distribuyeron ocho mil porciones de mote pata, un número impresionante que refleja no solo la magnitud del proyecto, sino también el entusiasmo de la comunidad.
El proceso requirió una mezcla de ingredientes que hizo falta en una cantidad considerable: 477 kilos de mote pelado, 121 kilos de carne de cerdo, 120 kilos de tocino y longaniza, pepas de sambo, cebolla, ajo, achiote y 285 litros de leche.

"Fue un trabajo súper arduo, con casi un mes de coordinación y la cocción que duró toda la semana", comentó, Marco Gómez, responsable de la preparación
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Todos estos elementos fueron cocinados en una cazuela gigante de tres metros de diámetro y setenta centímetros de profundidad, instalada en las instalaciones de la Universidad Católica de Cuenca. Posteriormente, los ingredientes fueron trasladados a la Plazoleta de San Francisco, donde se completó la última etapa de la preparación.
La vicealcaldesa de Cuenca, Marisol Peñaloza, se mostró entusiasta por la iniciativa: "Ya es la segunda vez que realizamos este evento, pero es la primera vez que estamos postulando para el récord Guinness", dijo, añadiendo un toque de emoción a la tradición que, además de preservar la cultura culinaria, busca lograr el reconocimiento internacional.
El evento atrajo a cientos de personas que se acercaron a la Plazoleta de San Francisco para degustar una porción del mote pata gigante.

"Lindísimo, muy bueno, sabroso, diferente a los mote pata normales", expresó Gustavo Peñafiel, asistente al evento
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En solo dos horas, todas las porciones fueron distribuidas, manteniendo viva la tradición gastronómica del carnaval de Cuenca.
La preparación de este mote pata gigante no solo ha sido una muestra de la destreza culinaria de los cuencanos, sino también una celebración del trabajo comunitario y el deseo de preservar las costumbres locales, al tiempo que se busca un lugar en los récords mundiales.
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