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El miedo volvió a las calles: así viven Otavalo y Cotacachi el paro nacional
El paro nacional ha paralizado comercios, restringido la movilidad y sembrado temor entre las familias, mientras las autoridades buscan retomar el diálogo con las comunidades.
Este lunes las rondas del miedo volvieron a tomar Otavalo, no pasan de 20, pero sus lanzas bastan para vaciar las calles, pinchan llantas, cierran negocios, gritan amenazas.
El silencio que dejan tras su paso es el de una ciudad cansada.
“Hemos sido los otavaleños humillados, obligados a cerrar los negocios, hoy he visto gente pintada la cara”.
En Cotacachi, la escena se repite. Hombres con el rostro cubierto recorren las calles, exigen que nadie trabaje, y se ensañan con quienes intentan grabarlos.
Del otro lado, miles de familias resisten en silencio. No hay pandemia, pero viven en cuarentena.
Ya no se habla solo de pérdidas económicas, sino de un desgaste que cala en el ánimo de una provincia paralizada durante un mes. En medio de esa espera, algunos, como Marisol Pozo, comerciante de Cotacachi, decidieron dejar el miedo atrás.
“Estoy indignada porque no podemos abrir normalmente los locales. No podemos mantener a nuestras familias, los alimentos son caros”.
El sector productivo también llega al límite. Sus representantes piden al gobierno una decisión urgente.
“La que tome una definición, o retoma el diálogo, o abre definitivamente la E35, no podemos permanecer un día más aislados acá en Imbabura”.
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En el otro frente, también se nota el desgaste de los manifestantes. Los turnos en las vías se cumplen con menos gente, los ánimos entre comunidades se tensan. Y lo que queda es esa mezcla de silencio y cansancio que ya envuelve a toda Imbabura.
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