26 jun 2025 , 19:53

Las grietas en las montañas de Saraugsha, en Cotopaxi, responden a una historia geológica compleja

Un antiguo deslizamiento de gran magnitud modificó la estructura interna del terreno. Según la Prefectura de Cotopaxi, la zona de mayor riesgo se concentra en un tramo de aproximadamente tres kilómetros que continúa fracturándose.

   

En la comunidad indígena de Saraugsha, en la parroquia Zumbahua del cantón Pujilí, en Cotopaxi, la tierra no deja de abrirse. Los agrietamientos, que comenzaron en abril, tienen su origen en la reactivación de un antiguo deslizamiento de gran magnitud ocurrido hace décadas, según un informe del Instituto de Investigación Geológico y Energético.

Aquel primer movimiento modificó la estructura interna de la montaña: rompió capas, generó fracturas y dejó una masa de suelo inestable. Con el paso del tiempo, el terreno fue cubierto por vegetación y nuevas capas superficiales.

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Aunque en apariencia se había consolidado, las cicatrices subterráneas permanecían. Y las lluvias intensas de este año bastaron para que la montaña comenzara a ceder otra vez.

Un suelo erosionado desde adentro

Las fracturas que cruzan la vía Latacunga - La Maná han dejado expuesta esa historia geológica. Capa sobre capa, se observa la composición del suelo: arena, ceniza, piedra pómez, arcilla y roca volcánica; una mezcla porosa, donde el agua de lluvia se filtra por las fisuras, erosionando el subsuelo desde adentro.

La acumulación de agua combinada con otros factores externos, desestabilizó por completo el terreno.

"Al ser también páramos, en donde se acumula el agua, porque son reservorios de agua, estos han sido tomados para canalizar aguas de riego, pero de una forma empírica. No estamos permitiendo que el agua fluya de manera natural, sino más bien lo estamos centrando en una zona", explicó Carolina Jumbo, geóloga.

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Así, en vez de filtrarse y dispersarse de forma equilibrada a lo largo de la pendiente, el agua se acumuló bajo tierra. Esa presión adicional en un suelo ya dañado intensifica los hundimientos.

Tres kilómetros siguen fracturándose.

Otro factor clave es la inclinación de la montaña: en algunas zonas alcanza hasta los 45 grados, lo que hace que la fuerza de gravedad empuje con mayor intensidad el terreno hacia abajo.

A ello se suman que las prácticas agrícolas y de pastoreo redujeron la cobertura vegetal, y el paso diario de aproximadamente 2 000 vehículos que había en la carretera.

Diego Molina, técnico de riesgos de la Prefectura de Cotopaxi, explicó que es un proceso que no se va a detener. "Llevará tiempo, pero va a llegar a una conclusión y es que todo eso se desplace".

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Según la Prefectura de Cotopaxi, la zona de mayor riesgo se concentra en el centro de Saraugsha, en un tramo de aproximadamente tres kilómetros que continúa fracturándose.

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