Según el Instituto Geofísico y el Instituto de Investigación Geológico, las gritas se deben a las fuertes lluvias, sumados a factores como la inclinación de pendientes y el tipo de suelo
El invierno ha golpeado fuerte y se evidencia en las cifras. En lo que va del año suman 1 278 deslizamientos y 55 hundimientos, superando lo ocurrido en 2024 y 2023.
En cantones como Célica en Loja, Tosagua en Manabí y Pujilí en Cotopaxi incluso se han evidenciado grandes grietas que dejaron afectaciones y sus habitantes temen que todos estos eventos no se deban solo al invierno sino a fallas geológicas que están cediendo.
Pero desde el Instituto de Investigación Geológico aclaran que no es así. Aunque a lo largo del perfil costero ecuatoriano, bajo el océano Pacífico convergen dos placas tectónicas: la de Nazca y la Sudamericana, su choque es mínimo, avanzan 5 milímetros al año, puede influir en sismos, pero no en deslizamientos ni grietas.
Camilo Zapata, del Instituto de Investigación Geológico y Energético, indicó:
“Son procesos grandes, en miles de millones de años, y son procesos a nivel continental, los deslizamientos, en cambio, son procesos exógenos que suceden en la superficie terrestre; lo que nosotros estamos viviendo este año, es deslizamientos inducidos por lluvias”.
Aclara que en el país existen fallas geológicas, pero ninguna ha provocado los eventos de esta temporada.
Las tres más grandes son: la Puná - Chingual, la Quito - Latacunga y la Subandina oriental, que pasa por las provincias del oriente, ciudades como Tosagua o Celica, que han presentado grietas, no están en esas zonas.
El origen del problema está en las lluvias, que han superado niveles históricos, según el INAMHI; los terrenos se ablandaron y esto tuvo consecuencias.
“La carretera que va de Pujilí a la Maná, en esa zona hubo un deslizamiento hace un par de años atrás, un deslizamiento antiguo, y están construidas obras de soporte al talud y lo que estamos viviendo ahí es una reactivación de un deslizamiento antiguo por el periodo de lluvia actual”.
El Instituto Geofísico señala que las intensas lluvias han afectado en mayor magnitud a zonas en las que hay pendientes pronunciadas, tipos de suelo con mayor absorción de agua y zonas rocosas. Al confluir todos estos factores, se vuelven más propensos.
Mario Ruiz, sismólogo, Instituto Geofísico, dijo:
“En la zona de Alausí, los suelos pueden favorecer los deslizamientos, también en la provincia de Manabí hay zonas donde los suelos mismos pueden incluso como reptar y a deslizarse”.
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Según el INAMHI, a partir de la segunda quincena de mayo disminuirán las lluvias.
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