¿Hasta cuándo durarán las sequías y lluvias torrenciales en América Latina por el Fenómeno de El Niño?

El Niño, un fenómeno climático que se produce de cada 2 a 7 años, está actualmente activo y se espera que dure hasta abril de 2024. Este fenómeno provoca cambios en los patrones meteorológicos y un aumento de las temperaturas, tanto en tierra como en el océano. En el caso actual, la temperatura de la superficie del mar en la zona ecuatorial oriental del Pacífico ha aumentado significativamente desde mediados de 2023.

Es probable que este fenómeno alcance su punto máximo entre noviembre de 2023 y enero de 2024, lo que puede tener un impacto significativo en el clima de todo el mundo, pero es especialmente importante en América Latina, donde puede tener varios efectos devastadores. Quédate con nosotros para saber los efectos de El Niño en América Latina.

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En un Boletín publicado por la Organización Meterológica Mundial, se pronostica que la probabilidad de que este fenómeno prevalezca durante el invierno de 2023 es del 90%. Así mismo, señalan que perderá fuerza gradualmente a medida que nos adentremos en la primavera de 2024. El Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas, señala que gracias a este evento, el 2023 está encaminado a convertirse en el año más cálido jamás registrado.

Los eventos de El Niño generalmente se asocian con un aumento de las lluvias en ciertas áreas del sur de América del Sur, especialmente en la zona pacífica de Colombia, Ecuador, Perú y en la Cuenca del Paraná-Río de la Plata, así como en el sur de los Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central. En contraste, también pueden ocasionar sequías severas en Australia, Indonesia, partes del sur de Asia, América Central y el norte de América del Sur.

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Específicamente, la reciente sequía en el Amazonas es consecuencia directa del Fenómeno del Niño, lo que ha provocado una reducción considerable del caudal de los ríos amazónicos, afectando a las comunidades rurales e indígenas que dependen de estos ríos para subsistir. Así mismo, esto ha afectado la producción eléctrica en el Ecuador, dependiente en gran medida de la energía hidroeléctrica. La sequía podría agudizarse en varias zonas a medida que El Niño se intensifica.

Así mismo, durante el verano boreal, la presencia de El Niño puede favorecer la formación de intensos huracanes en el Océano Pacífico central y oriental, mientras que podría obstaculizar la formación de huracanes en la cuenca del Atlántico, lo que afectaría de sobremanera a las comunidades de América Central. En términos generales, El Niño actúa de manera opuesta a La Niña.