Ecuador pone la seguridad de la Amazonía y la niñez como ejes centrales de la COP30

La COP30 es la trigésima edición de la reunión anual de la Conferencia de las Partes. Es una cumbre climática donde líderes de todo el mundo, científicos y representantes de la sociedad civiles se unen para tomar medidas contra la crisis climática.

La reunión de líderes ocurre mientras el planeta sigue batiendo récords climáticos con sequías, incendios y huracanes. El objetivo central de la COP30 en noviembre de 2025 es conseguir medidas reales para mitigar el calentamiento global y mantener las temperaturas bajo el límite de 1,5 °C del Acuerdo de París, algo que muchos científicos ya ven como una meta perdida.

La cumbre en Brasil es un espejo de las grandes contradicciones del mundo: países pobres, que no causaron el clima extremo, conviven con naciones ricas que imponen deudas y que a menudo están dirigidas por líderes negacionistas o retardistas del clima.

El presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó que quiere hacer de la COP30 la "cumbre de la verdad", donde terminen las "decisiones no ejecutadas" y se exija a los países cumplir con las promesas ya hechas. Lula advirtió que será imposible frenar el cambio climático si no se aborda primero la desigualdad global.

La vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, asistió este jueves, 6 de noviembre de 2025, a la Cumbre de Líderes en Belém do Pará, el encuentro previo a la COP30 de la ONU. Su objetivo fue claro: promover la conservación de la Amazonía y resaltar su valor como fuente vital de biodiversidad y equilibrio climático global.

En su intervención, Pinto sostuvo que proteger la selva va más allá de las palabras. Se requiere cooperación real contra el crimen organizado, decisiones efectivas para proteger los territorios y el impulso de una "educación que siembra esperanza" en las comunidades locales.

"¿De qué sirve proteger la Amazonía si no protegemos primero a quienes la habitan?". Hizo una dura denuncia sobre la situación de los niños que, en la selva, crecen "rodeados de miedo" y son reclutados por las mafias que destruyen los recursos naturales.

Pinto subrayó que la minería ilegal y otras actividades ilícitas no solo envenenan el agua y contaminan los suelos, sino que "destruye infancias" y "roba futuro". De esta forma, sentó la premisa de que "no hay conservación si no hay seguridad" y que la defensa de la infancia debe ser una parte esencial de la agenda climática mundial.

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En preparación para la COP30, el Ministerio de Ambiente y Energía (MAE) de Ecuador adelantó las "líneas rojas" que guiarán la negociación de la delegación. Estos puntos críticos buscan asegurar que la acción climática global se ajuste a la realidad y las necesidades del país andino.

Entre las prioridades está el rechazo a cualquier indicador que suponga imponer métricas de mitigación que resulten una carga desproporcionada. Además, Ecuador exige que el objetivo global sobre la adaptación solo se aborde si existe un compromiso claro y verificable de financiación por parte de los países más desarrollados.

En cuanto al sector agrícola, el MAE dejó claro que Ecuador no aceptará ninguna medida global que ponga en peligro la seguridad y sostenibilidad de sus productores. Esto significa que el país no aceptará disposiciones que impliquen la reducción del hato ganadero o un aumento desproporcionado de los costos de producción.

La delegación ecuatoriana buscará promover la movilización de financiamiento internacional para ejecutar acciones prioritarias y abrir oportunidades para fortalecer la mitigación, siempre en coherencia con la realidad nacional. El Gobierno insiste en que la transición ecológica debe incluir a las personas, o de lo contrario solo será "maquillaje".

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