23 jul 2021 , 10:28

La violencia sexual, otro mal de la crisis carcelaria en Ecuador

De acuerdo, a la CIDH las violaciones en contextos carcelarios son considerados una forma de tortura.

Vestir el uniforme de la Policía Nacional, no bastó para detener la violación sexual contra una sargento, en el Centro de Privación de Libertad Cotopaxi. Ella hacía su trabajo, sin embargo, para una mujer policía el riesgo es doble.

Por su parte, la Alianza Contra las Prisiones, ha denunciado otro evento de violencia sexual contra una interna en el mismo centro de rehabilitación. Ecuavisa.com buscó confirmar la información con el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad, pero no hubo respuesta.

Tras los hechos, la indignación inundó a muchos dentro y fuera de las redes sociales, es que al menos, 1 de cada 4 mujeres ha sufrido violencia sexual en Ecuador. Pero ¿qué pasa dentro de las cárceles? ¿cuán frecuentes son?

Organizaciones denuncian subregistro

Para Vianca Gavilanes, coordinadora de Gestión de la Fundación Dignidad, dedicada a investigar la situación carcelaria en Ecuador, expone que aunque han solicitado al SNAI conocer los datos de cuántos casos de violencia sexual han ocurrido al interior de las cárceles, la respuesta no ha llegado. Sin embargo, asegura que existe un subregistro, pues por miedo a represalias las víctimas de violencia sexual prefieren no alzar la voz, y revela que "muchas de las denuncias que nos llegan son de mujeres privadas de libertad en contra funcionarios de la institución".

De acuerdo, a cifras oficiales del SNAI, hasta febrero de 2021, se registraron 2.547 mujeres en prisión. De ellas, más del 50% están repartidas en 22 cárceles mixtas. Mientras que, existen 35.743 hombres detenidos.

Consuelo Bowen, coordinadora de la clínica jurídica de litigio estratégico feminista de CEPAM Guayaquil, explica que "las privadas de libertad que están siendo abusadas sexualmente son triplemente vulneradas porque no pueden denunciar y están a la merced del chantaje de las autoridades carcelarias", subraya.

La falta de información, destaca Gavilanes, responde a que "existe un gran miedo de denunciar y que su situación empeore". Este mal se replica a nivel internacional, por ello, destaca Gavilanes que la CIDH ha catalogado a las violaciones sexuales en contextos carcelarios como un hecho de tortura.

Lo que se debe hacer

En el caso de las mujeres, dice Bowen, se deben seguir las recomendaciones de las Naciones Unidas, "el personal penitenciario deben ser mujeres (guías, policías, directivos) así se disminuye la probabilidad de abuso", aunque no se anula, reconoce.

Destaca que poco se habla sobre la violación sexual en hombres, "hay un estigma y poca sensibilidad para tratar a las víctimas hombres afectados por las violaciones sexuales". Ante ello explica "deben existir protocolos o rutas de denuncias y de protección para quienes están siendo vulnerados sexualmente al interior de las cárceles", pues sin cifras reales que retraten la magnitud del problema, las políticas públicas no tendrán norte.

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