21 jun 2021 , 13:58

COVID-19: ¿Ecuador está listo para volver al trabajo presencial?

La ocupación en terapia intensiva sigue al 100%.

El ministro de Trabajo, Patricio Donoso, anunció el retorno al trabajo presencial desde el próximo 1 de julio. Por su parte, Juan Zapata, presidente del Comité de Emergencia Nacional (COE), dijo que se hará una evaluación epidemiológica por ciudad y provincia, para que el retorno sea progresivo.

Pero ¿Ecuador está listo para volver al trabajo presencial? ¿cuál es el estado actual de la pandemia?

Faltan pruebas

Según el último informe del ministerio de Salud Pública, Ecuador acumula 446.633 contagios. Se registraron 1.191 casos nuevos en 24 horas. El 35,6% de los infectados se centran en la provincia de Pichincha, la capital Quito, es la ciudad más afectada con 146.703 casos.

El número de pruebas de diagnóstico PCR sigue sin aumentar. En promedio se toman 5.000 muestras por día y se logran procesar 3.000 a 3.800. Hay un retraso de 53.486, lo que podría tardar quince días en procesar. Por lo tanto, no existe un panorama claro del número de contagios.

Sin embargo, no todo es negativo. La positividad se ha reducido. Hace un mes se registraba que por cada 100 pruebas 38 confirmaban covid-19, ahora 22 son positivas.

Asimismo, la ocupación hospitalaria ha bajado. Existen camas en hospitalización, pero las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están llenas al 100%, lo que ha bajado es la lista de espera, según aseguró Juan Zapata.

Mientras tanto la vacunación avanza a paso lento. Apenas el 6% de la población ha recibido las dos dosis.

Otro indicador es el número de fallecidos. Entre probables y confirmados de covid-19 suman 21.304 muertes, 50 personas perdieron la vida en un día

¿Es hora de relajar las medidas?

Tres médicos analizan la situación:

El epidemiólogo y docente universitario, Marcelo Aguilar, alerta que "la terapia intensiva y la hospitalización está saturada", la velocidad de la transmisión parece que bajó un poco, pero también es por agotamiento del propio brote, señala.

“Lo que yo veo es una confianza, fiestas, reuniones. Todo está bien, pero va subir la transmisión”, agrega.

Para Paúl Cárdenas, médico microbiólogo, "lastimosamente hacemos muy pocos test de diagnóstico, se hacen solo a las personas con síntomas, pero no a los contactos, entonces, es una señal de que hacemos poco diagnóstico; más no una señal de que hay una baja positividad".

Alberto Narváez, epidemiólogo, apunta a la misma dirección, "la vacuna no es suficiente, es urgente incrementar la oferta de pruebas y el rastreo de contactos". Destaca que el problema recae en que las cifras no muestran la situación actual: “el problema del MSP es que usa como fuente la información diaria que tiene un alto retraso de notificación con bajas coberturas”.

¿Soluciones?

Las medidas deben apuntar a otras direcciones. Es decir, no solo revisar las cifras sobre la positividad, sino analizar la saturación del sistema de salud, pues el nuestro se satura muy fácilmente.

"No estamos preparados, porque apenas el 6% de la población han recibido vacunas, bajan los casos, pero las terapias intensivas siguen saturadas y ese es un problema grande. Hay que tener cuidado en relajarse, hay una falsa seguridad de que todo pasó", expone Cárdenas.

Cárdenas alerta que ya no se respetan los aforos... cada vez hay más aglomeraciones, y no se respeta la distancia. "Es prematuro para bajar la guardia", concluye el médico.

Datos globales

La vacunación en el mundo va lento y desigual.

Hasta el momento se han administrado 2.600 millones de dosis, lo que significa, 36.1 millones cada día. El 21,5% de la población del planeta ha recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19.

Para hablar de controlar la pandemia se necesita alcanzar la inmunidad de rebaño, con al menos el 70% de la población que haya recibido ambas dosis.

Mira el mapa de la vacunación:

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