Silvana Estrada, una voz que nada a contracorriente

El 10 de mayo de 2025, Silvana Estrada se presenta en Guayaquil. La cantautora mexicana, que en septiembre de 2024 tocó su repertorio en Quito, decidió bajar de la montaña a la altura del manglar para cantar a viva voz sus icónicas canciones que la llevaron a ganar un Grammy Latino en 2022. Ella, con su guitarra, frente al río.

En Quito, Estrada agotó las entradas de su primera fecha en el Teatro Nacional Sucre, ubicado en el Centro Histórico, lo que motivó a que se organice un segundo concierto. Unos meses después, la artista de Veracruz se presenta en el Teatro Sánchez Aguilar el sábado para armonizar con cuerdas y voz.

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Veracruz, México, la tierra de Natalia Lafourcade y para la cual se compuso Hasta la Raíz, también vio nacer a Silvana Estrada en 1997. Ella creció en una familia de lauderos, una clarinetista y un contrabajista que dejaron sus posiciones en una orquesta para aprender lutería en Cremona, Italia, donde nació Antonio Stradivari, el legendario luthier de violines del siglo XVII. Silvana creció en una casa llena de guitarras desarmadas o bajos inacabados. Ella respiró música no solo desde la vibración, sino al ver las vísceras de los instrumentos, así como se observa en su Tiny Desk publicado en 2021.

Silvana Estrada, de 28 años, recauda dos álbumes de estudio. El primero, Lo Sagrado (2017), fue destacado por la revista Rolling Stone como uno de los mejores debuts de mujeres hispanohablantes, a lado de Natalia Lafourcade (2002) de su compatriota veracruzana, Los Ángeles (2017) de Rosalía o Pies Descalzos (1995) de Shakira. Mientras, Marchita, el segundo, le dio su primer Gramny Latino en 2022, en la categoría Mejor artista nuevo.

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Una voz melodiosa y tierna se desprende cuando Silvana Estrada abre los labios. Un sonido que de primera sabes que resuena desde su garganta. Cuerdas vocales que vibran en sincronía con el rasgueo de su cuatro venezolano, como una pequeña guitarra que siempre lleva en sus manos. Eso es lo que se encuentra en cada una de las más de 20 canciones que la veracruzana ha cantado, desde su versión de Tom’s Diner hasta su conocida Te guardo, la más escuchada de su repertorio en Spotify, con cerca de 34 millones de reproducciones.

La voz de Silvana es su instrumento más imponente. El que más desgarra en cada concierto. Al punto que, en 2024, cuando faltaban cantar dos de tres fechas agotadas en Bogotá, Colombia, las cuerdas vocales de Estrada no pudieron más. Con la poesía que le identifica, la veracruzana escribió en sus redes sociales en agosto de ese año: “Ojalá cantar no dependiera de este cuerpo que ahora está mudo y llora”, lamentando los conciertos pospuestos.

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Al escucharla, de una puedes identificar qué es acústica y análoga. Guitarras, charangos, contrabajos, pianos, claves, violines, violonchelos, todo lo que alguna vez vio y escuchó en casa, metido en cada uno de sus dos álbumes, que oscilan entre jazz, bolero, música clásica, bossa nova, cumbia, son jarocho y trova. Silvana Estrada se aleja de lo electrónico y masivo como el rock o el género urbano, para crear desde las entrañas del folclor.]

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Así como los cantos a la vida de la chilena Violeta Parra o el vozarrón avasallante en las canciones de la argentina Mercedes Sosa, Silvana Estrada guarda una posición bien marcada sobre la vida y sus detalles detrás de sus canciones. Como le confesó al diario El País el 14 de octubre de 2024, ella reivindica lo político en el querer bien. “Creo que estamos en un momento difícil, pero bonito de replantearnos cómo queremos amar”, dice en su entrevista al medio español.

En 2022, Silvana Estrada lanzó el sencillo Si me matan. Una canción de cuna, como esas que cantaba la abuela, con la ternura de voz pero con una cruenta historia. Con esta tonada, Estrada denuncia la violencia doméstica contra las mujeres, del miedo y culmina con un llamado a la sororidad. El estado político de sus canciones va en contra de la tendencia de la percepción clásica del amor. “¿Cuántos hombres matan en nombre del amor? En nombre de esa distorsión del amor”, como conversó con el diario El País.

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Como dice la canción, Estrada pide que le recuerden cantora, como lo fue Violeta, la Negra Sosa, Chavela Vargas, Chabuca Granda, Totó la Momposina o Susana Baca. Todas en el cancionero de Silvana, una más importante que otra, como se señaló en el episodio de la veracruzana en el pódcast El Sonido, que lanzó KEXP, emisora de radio de Seattle, Estados Unidos, en 2023. Lo que une a Silvana de las otras cantoras es su posición sobre la raíz, folclor y la identidad.

“Yo crecí en la naturaleza e intento mantener esos tiempos orgánicos en mi música”, le dijo Silvana Estrada a El País. Frente al río Guayas, el sábado 10 de mayo, Estrada cantará y tocará dulcemente para aislar al público de su realidad tangible y digital. Un acto muy político en un mundo que va mucho más rápido de lo que rota sobre su propio eje.

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