Roblox logra un éxito sin precedentes, pero envuelto de polémicas por acoso infantil

El videojuego Steal a Brainrot, un popular título dentro de la plataforma Roblox, captó la atención de millones de niños en todo el mundo gracias a su mecánica sencilla y adictiva. Los jugadores compiten por robar personajes virtuales, conocidos como brainrots, de otros usuarios. Su estética surrealista, inspirada en memes de internet, y su viralidad en plataformas como TikTok, lo han convertido en un fenómeno global entre la audiencia infantil.

Sin embargo, detrás de la diversión y la competencia, este juego esconde varias problemáticas. La intensa rivalidad que fomenta puede derivar en un aumento del acoso virtual y conflictos directos entre los jugadores. Estos comportamientos tóxicos pueden generar una profunda frustración y afectar negativamente el bienestar emocional de los niños. Además hay adultos que ingresan al juego netamente para robarle a los niños y grabar sus llantos para viralizarse en redes.

Además del acoso, se han reportado casos de contenido inapropiado dentro de la comunidad de Steal a Brainrot, incluyendo lenguaje ofensivo y actitudes agresivas. Estos incidentes, que a menudo pasan desapercibidos en la inmensidad del juego, exponen a los menores a riesgos que pueden ser perjudiciales para su desarrollo.

Otro de los grandes desafíos de este tipo de juegos son las microtransacciones. El sistema de recompensas permite que los niños gasten dinero real para obtener ventajas competitivas. Esto no solo plantea un riesgo financiero para las familias, sino que también fomenta una mentalidad de que el éxito puede ser comprado, en lugar de ser ganado a través del esfuerzo.

A pesar de estos problemas, la plataforma de Roblox ha intentado implementar medidas de seguridad, como restricciones en los chats, sistemas de moderación de contenido y límites de edad para determinados juegos. Sin embargo, los expertos en salud mental insisten en que estas medidas no son suficientes por sí solas.

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Especialistas en desarrollo infantil señalan que la supervisión de los padres es un factor crucial ya que, al carecer de herramientas emocionales para procesar el contenido, pueden normalizar comportamientos sin lógica o perder sensibilidad hacia los demás.

Los videos que se han viralizado donde niños gritan y lloran debido a que otros usuarios roban su brainrots, suponen un estrés mental de los menores, quienes podrían adoptar comportamientos violentos.

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