Conflicto armado interno: las familias se ven forzadas a cambiar sus hábitos

Desde que rige el Estado de Excepción a escala nacional, la gente e instituciones han tenido que modificar su ritmo de vida por seguridad.
Los controles en las estaciones del Metro son resgurdadas por policías en los accesos. ()
04 feb 2024 , 10:23
Redacción

Se han cumplido 27 días desde que el presidente Daniel Noboa Azín decretó la existencia un "conflicto armado interno" y los militares patrullan en las calles, junto a los policías, para enfrentar a los delincuentes que ahora son llamados terroristas.

Eso cambió el ritmo de vida y cotidianidad de la gente, que ahora debe aprender a reaccionar ante cualquier ataque o situación de violencia. Lo mismo pasa en las instituciones públicas, privadas, colegios, escuelas o medios de transporte.

La ciudadanía también se está acostumbrando a vivir, de forma permanente, en medio de operativos, requisas y el toque de queda. Según datos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, hasta el 31 de enero, se realizaron 55 054 operativos y se detuvo a 4 488 personas por terrorismo.

En lo que respecta a los planteles educativos, el Ministerio de Educación planteó un regreso gradual de tres fases. En la última etapa, el pasado 29 de enero, volvieron los estudiantes de 3 900 escuelas y colegios del país. A esa fecha eran 14 704 establecimientos.

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El 8 % restante sigue en modo virtual, pues se trata de instituciones que están a un kilómetro o menos de las cárceles o en territorios donde aún no se considera seguro retornar. El ministro del ramo, Daniel Calderón, ha manifestado en varias entrevistas que el monitoreo de seguridad se realiza de forma permanente con las autoridades del Ministerio de Educación y se dio prioridad a los planteles que se ubican a dos kilómetros de las cárceles.

Asimismo, los técnicos evalúan los niveles de ausentismo o si los alumnos se conectan a clases virtuales. Para Rómulo López, presidente de la Confederación de Establecimientos de Educación Católica, la forma de vida ha cambiado completamente porque "nunca hubiésemos imaginado una realidad, en medio de un proceso tan dramático para el país, con tanta violencia y descomposición".

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Asegura que se implementan los protocolos del Ministerio de Educación en cada institución educativa de su gremio, pero los planteles tienen sus estrategias para garantizar la seguridad de los estudiantes y que se aplican de acuerdo a la infraestructura con la que se cuenta, aasí como la ubicación o el sistema de transporte escolar.

De su lado, entre los padres de familia también hay temor y se han cambiado los hábitos por seguridad. Por ejemplo, Tamara Chávez tiene a su hijo, de 17 años, en un colegio ubicado en el Valle de Tumbaco y han modificado sus hábitos de seguridad. Antes solo se preocupaba que el bus escolar lo recoja desde su casa, pero ahora se comunica de forma permanente con el chofer para saber que la unidad ha llegado al colegio.

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"En una reunión del plantel nos indicaron que los alumnos retomaban la presencialidad. Por seguridad, los directivos tomaron precaución y les hacen entrar por una sola puerta. Nunca antes vivimos algo sí y siempre rezo para que mi hijo vaya con bien a clases", contó a Ecuavisa.com.

Manuel Moya, presidente de la Federación de Barrios del Ecuador, afirma que la gente ahora es más precavida. Cuenta que las familias ahora están más pendientes del teléfono para comunicarse con sus parientes y estar al pendiente de que no les roben, asalten o secuestren cuando toman un taxi o caminan por la calle.

Lo mismo pasa cuando los hijos van a la escuela o la universidad, pues la realidad ha cambiado. Al principio la gente estaba asustada -cuenta el dirigente- principalmente cuando se decretó la presencia de conflicto armado interno y nadie salía de las casas. Ahora se ha retoma la normalidad de a poco, pero la ciudadanía es más consciente de lo que está pasando.

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Sistema de transporte escolar y taxis

Los transportistas también se vieron forzados a cambiar sus hábitos de trabajo. Oswaldo Guamán, presidente de la Federación Nacional de Transporte Escolar e Institucional del Ecuador (Fenatei) manifestó que el Plan de Escuelas Seguras ya fue creado en el Gobierno anterior y está en vigencia, el cual prioriza el abajo con la Policía Nacional.

Eso también implica que se apliquen estrategias como vigilancias en las afueras de los planteles. También se ha reforzado que los recorridos se realicen de puerta a puerta. A su juicio, la realidad ha cambiado en el país, por lo que ahora se hacen más coordinaciones con las autoridades de las escuelas y colegios. "El pánico en los estudiantes debemos evitar porque eso trae trastornos psicológicos".

Considera que junto a los centros educativos se deberían implementar zonas seguras de parqueo para los ingresos escolares. "A veces, es un problema dejarlos a tres cuadras porque en el trayecto que deben cminar los estudiantes pueden exponerse a robos, secuestros, etc.".

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Carlos Brunis es presidente Federación de transporte terrestre de Pichincha FETTEPI y gerente Unión de Cooperativas de Taxis. Cuenta que la gente de su gremio vive en zozobra ante lo que puede suceder por la delincuencia. Ahora pasan más interconectados entre compañeros para asegurar que todos se encuentren bien.

Considera que es necesario instalar cámaras de seguridad en las unidades para monitorear lo que está sucediendo. A su criterio, las aplicaciones tecnológicas con las que el taxismo son muy útiles para identificar a los usuarios, pero estas deben conectarse al ECU 911 o la Secretaría de Seguridad del Municipio de Quito.

"Estamos en nada, no tenemos cámara de seguridad. Las que se instalaron, en 2013 y 2014, no funcionan, entonces eso realmente sí nos preocupa. La delincuencia lo sabe", contó el dirigente a Ecuavisa.com.

También propone que las aplicaciones de la Unión de Cooperativas de Taxis (Digitaxi y Unitaxi) se conecten al ECU 911. Asegura que la convivencia ha cambiado completamente en el país. Sus compañeros tienen que pensar 10 000 veces para dar servicios a extranjeros.

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