Nueve consejos para evitar la hinchazón después de la cena de Navidad y Año Nuevo
Con las cenas navideñas y de Año Nuevo, la hinchazón es una molestia frecuente; aquí te damos tips para evitarla.
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La llenura y la hinchazón son frecuentes tras las cenas navideñas, características por su alto contenido calórico. ( )
Tras el recalentado de Navidad, el cuerpo ecuatoriano empieza a sentir el rigor de las fiestas. Entre el pavo, el relleno (con su alta carga de manteca y azúcares), el pernil y la infaltable copa de vino o canelazo, la inflamación abdominal y el reflujo se han convertido en los invitados indeseados (pero frecuentes) de diciembre.
En este 2025, la medicina digestiva ha evolucionado: ya no se trata de dietas detox milagrosas que los expertos desaconsejan por peligrosas, sino de estrategias bio-hackers y anatómicas para que disfrutes de la cena de Año Nuevo sin que tu sistema digestivo te pase la factura el 1 de enero.
Aquí te presentamos la hoja de ruta definitiva, validada por especialistas en gastroenterología, para sobrevivir a los excesos.
Lea: Problemas gastrointestinales en Navidad: qué síntomas no debes normalizar y cómo prevenirlos
1. Aplica la Regla de los Tercios en el buffet
El error más común en las reuniones en Quito o Guayaquil es devorar los abrebocas (muchines, empanaditas, dips) antes de que llegue el plato fuerte.
El consejo: Divide mentalmente tu capacidad estomacal. Reserva un tercio para los bocaditos, un tercio para el plato fuerte (pavo/pernil) y el último tercio para el postre. Si llenas el primer tercio, detente. Tu cerebro tarda 20 minutos en recibir la señal de saciedad; no le ganes la carrera.
2. El truco del chicle (Sin azúcar)
Parece sencillo, pero tiene respaldo científico. Masticar chicle sin azúcar durante 30 minutos después de la cena activa la peristalsis esofágica. Esto genera saliva que neutraliza el ácido y empuja los residuos hacia abajo, reduciendo el reflujo hasta en un 50%. Ideal para después de ese relleno cargado de especias.
3. Hidratación estratégica: Menos es más durante la cena
Existe la falsa creencia de que beber mucha agua ayuda a "bajar la comida". En realidad, el exceso de líquido diluye los jugos gástricos y ralentiza la digestión.
La clave: Bebe agua antes de comer para generar saciedad, pero durante la cena da solo pequeños sorbos. Espera al menos una hora después de terminar para hidratarte a fondo y ayudar a tus riñones a eliminar el exceso de sodio del pavo.
4. La caminata sagrada (y la excusa política)
En lugar de desplomarte en el sofá a ver películas tras la cena, camina. Una caminata suave de 30 a 60 minutos facilita el vaciado gástrico.
Tip criollo: Es el momento perfecto para salir a "ver los monigotes" o caminar por el barrio. Además de ayudar a tu digestión, es la excusa ideal para escapar de conversaciones incómodas en la mesa.
5. Duerme siempre del lado izquierdo
Si la acidez no te deja dormir, la anatomía es tu mejor aliada. El estómago está inclinado hacia la izquierda; al dormir sobre ese costado, el ácido se queda "atrapado" en el fondo y no sube al esófago. Dormir del lado derecho es dejar la "vía libre" para el reflujo. Extra: Usa una almohada extra para elevar la cabeza unos 15 cm.
Lea: Así afecta el alcohol al cerebro con el paso del tiempo
6. Protege el esfínter del alcohol
El alcohol es un vasodilatador que relaja la válvula que cierra el estómago. Si vas a brindar, evita mezclar. El champán y el vino blanco son altamente ácidos; si los prefieres, acompáñalos siempre con comida, nunca con el estómago vacío. Intercala cada copa de alcohol con un vaso de agua.
7. Llega con hambre, pero no en "ayuno de guerra"
No cometas el error de no desayunar ni almorzar el 31 de diciembre para "tener espacio" en la noche. Esto pone a tu cuerpo en modo supervivencia, lo que te llevará a comer más rápido y tragar más aire (causando gases). Come algo ligero a media tarde: un yogur con nueces o una fruta es suficiente para llegar con apetito, pero con control.
8. El poder de los alimentos fermentados y la fibra
Para el día 1 de enero, olvida los ayunos extremos. Tu hígado y riñones ya saben limpiar el cuerpo; solo necesitan materia prima.
Incorpora fibra (25g para mujeres, 38g para hombres) mediante vegetales verdes y frutas con cáscara. Suma probióticos como el kéfir o yogur natural para restaurar la microbiota que el azúcar y el alcohol alteraron.
9. La regla de oro: Las 3 horas
Si solo puedes recordar un consejo, que sea este: No te acuestes hasta que hayan pasado 3 horas desde tu último bocado. Este es el tiempo promedio que necesita el estómago para procesar una comida pesada de fiestas. Respetar este margen previene el 70% de los episodios de acidez nocturna.
Nota de seguridad: Estos consejos son preventivos. Si experimentas dolores intensos, presión en el pecho o vómitos persistentes, no te automediques con bicarbonato o dosis excesivas de omeprazol; acude al centro de salud más cercano.
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