07 jun 2025 , 10:57

Este es el síntoma silencioso que podría advertir problemas en el hígado

De no ser diagnosticado a tiempo, las enfermedades hepáticas pueden llevar a complicaciones y, eventualmente, a la muerte.

   

A menudo pasa desapercibido, se atribuye al estrés, al ritmo de vida acelerado o a una mala noche de sueño. Sin embargo, ese cansancio persistente, profundo y sin explicación evidente puede ser mucho más que simple agotamiento: podría ser una señal de alerta de una enfermedad hepática crónica.

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El cansancio extremo puede ser síntoma de problemas hepáticos.
El cansancio extremo puede ser síntoma de problemas hepáticos. ( )

La fatiga como síntoma de una enfermedad hepática

Según la Associació Catalana de Pacients Hepàtics (ASSCAT), la fatiga es uno de los síntomas más comunes y menos comprendidos de las enfermedades hepáticas. No se trata de un simple cansancio, sino de un malestar persistente que no mejora con el descanso y afecta tanto física como emocionalmente.

Incluso en fases tempranas de la enfermedad, antes de síntomas visibles como ictericia o hinchazón, la fatiga puede aparecer. Tiene causas neuromusculares y cerebrales, y suele ir acompañada de ansiedad y depresión debido a alteraciones en la neurotransmisión.

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Un informe de ASSCAT (octubre de 2020) destaca que, aunque debilitante, esta fatiga es difícil de abordar clínicamente. Sin embargo, los médicos comienzan a prestarle más atención, ya que para muchos pacientes es el síntoma que más deteriora su calidad de vida.

¿Qué otros síntomas pueden presentarse?

Por otra parte, la Clínica Mayo, reconocida a nivel internacional por su enfoque integral en medicina, también advierte que la enfermedad hepática no siempre causa síntomas visibles o inmediatos. Cuando los hay, pueden incluir:

  • Coloración amarillenta en la piel (ictericia).
  • Orina oscura.
  • Picazón persistente.
  • Hinchazón abdominal o en las piernas.
  • Cansancio constante.
  • El hígado cumple funciones vitales —como filtrar toxinas y ayudar en la digestión—, pero puede deteriorarse sin dar señales hasta etapas graves. Por eso, la fatiga, aunque inespecífica, puede ser una de las primeras alertas de que algo no anda bien.

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    Si la fatiga es persistente y sin explicación, y se acompaña de otros signos como cambios en la orina o la piel, es clave acudir al médico. Detectar a tiempo una enfermedad hepática puede frenar su progreso y mejorar la calidad de vida.

    El diagnóstico temprano es clave en el tratamiento de muchas enfermedades hepáticas.
    El diagnóstico temprano es clave en el tratamiento de muchas enfermedades hepáticas. ( )

    ¿Qué hacer si siento fatiga persistente?

    Tanto la ASSCAT como la Clínica Mayo coinciden en que es fundamental consultar con un médico si se experimenta una fatiga constante y sin causa aparente, especialmente si va acompañada de otros síntomas digestivos, cambios en la orina o el color de la piel.

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    La mejor estrategia sigue siendo la prevención según la Clínica Mayo, por lo que es importante:

  • Evitar el consumo excesivo de alcohol.
  • Llevar una dieta equilibrada.
  • Mantener un peso saludable.
  • También es importante evitar la automedicación, ya que muchos medicamentos —incluso naturales— pueden causar daño hepático. Y si se tiene un historial familiar de enfermedades hepáticas, es recomendable realizarse controles periódicos.

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