Centro Histórico de Quito: ¿es posible recuperar las zonas patrimoniales deterioradas?

Los centros históricos en el mundo son atractivos turísticos. En Quito, varias administraciones municipales buscaron un desarrollo social y económico en ese espacio. En 2013, se presentaron varios proyectos arquitectónicos para mejorar ciertas zonas descuidadas del Casco Colonial.

“Son planes que ya están listos y desarrollados para implementar”, expresó María Samaniego, presidenta del Colegio de Arquitectos Pichincha. No obstante, se trata de ideas que al parecer se quedaron en proyectos borrador. La rehabilitación por medio de una alianza público - privada de la Piscina del Sena, ubicada en el barrio de La Recoleta es una de ellas.

“Este proyecto tiene todos los estudios arquitectónicos y un modelo de gestión. Solo se necesita de la voluntad política de iniciar un proceso de rehabilitación y construcción”, añadió Samaniego.

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El Colegio de Arquitectos del Ecuador - Pichincha, desde finales de los años 90, es parte de la Comisión de Áreas Históricas del Municipio. Sus representantes mencionaron que existe la posibilidad de generar una nueva ordenanza para mejorar el Centro Histórico, involucrando a autoridades y sociedad.

“En nuestro país hay mucho de que las nuevas autoridades se desentienden de lo que hicieron las anteriores administraciones. Así se pierden estudios y consultorías”, dijo Samaniego.

En tanto, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) aseguró que investigará el uso que se da a los predios en malas condiciones. De existir irregularidades, se podría declarar al bien como de utilidad publica y así pasar a manos del Cabildo. “Las circunstancias se prestan ya para que podamos, en el caso de estas negligencias no corregidas de parte de los propietarios, puedan declararse de utilidad pública en favor de la Municipalidad”.

Mientras tanto, la comunidad que habita y transita por la recoleta, lo hace con temor. Las inclemencias del clima cada día destruyen rápidamente el patrimonio con más de 400 años de historia y quienes no pueden abandonar la zona viven con el anhelo de que pronto alguien invierta en esos espacios y lleguen los turistas.

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