La receta para crear 300 mil plazas de empleo pasa por el trabajo por horas, medidas proteccionistas y más inversión, según analistas

Por años, mejorar los niveles de empleo ha sido uno de los mayores desafíos para Ecuador. Según datos del INEC, en septiembre de 2015, el 46 % de la población económicamente activa tenía empleo pleno. Es decir, alrededor de 3,4 millones de personas contaban con un salario igual o superior al básico y afiliación al Seguro Social.

Diez años después, esa cifra cayó al 37 %, lo que equivale a unos 3,2 millones de ecuatorianos. En otras palabras, el país perdió casi 10 puntos de empleo pleno en una década marcada por dos crisis eléctricas, tres paros nacionales, una pandemia y un incremento de la inseguridad que supera el 500 %.

El subempleo también es una preocupación. En 2015, este se ubicaba en el 14,8 %, mientras que en septiembre de 2025 subió al 17,6 %. Además, la tasa de desempleo apenas bajó del 4,3 % al 3,2 %. Frente a este escenario, tres analistas consultados en el programa POLÍTICAMENTE CORRECTO expusieron distintas recetas para incentivar la creación de nuevas plazas de trabajo.

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Por un lado, Patricio Donoso, exministro de Trabajo, considera necesario retomar el trabajo por horas como uno de los principales ejes para generar empleo. A su criterio, esta modalidad, prohibida por la Constitución desde 2008 y rechazada en la consulta popular de 2024, daría mayor seguridad a los empresarios para contratar más personal y, al mismo tiempo, permitiría aumentar los ingresos al IESS.

“Hoy, los pequeños empresarios tienen miedo de contratar más personal porque no pueden hacerlo por horas. Es cierto que existe el trabajo parcial, pero no resulta atractivo”, afirmó.

Donoso insiste en que esta modalidad debe garantizar obligatoriamente la afiliación al Seguro Social y permitir mayor flexibilidad en sectores como restaurantes, farmacias, panaderías y bares. “En casi todos los países de América existe el trabajo por horas, menos en Ecuador. De hecho, es uno de los pocos países del mundo que lo prohíbe”, recalcó.

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Liliana Durán, asambleísta de Revolución Ciudadana, no apoya la postura de Donoso y señaló que el trabajo por horas puede convertirse en una forma de precarización laboral. Para ella, la clave está en fortalecer la inversión y garantizar estabilidad jurídica.

“La inseguridad, la delincuencia y la inestabilidad jurídica son las piedras que bloquean la inversión para generación de empleo. Antes de hablar de reformas laborales, el Estado debe enfrentar seriamente la criminalidad”, señaló.

Duran cree que sí es necesario actualizar el Código Laboral que lleva 87 años. Sin embargo, descartó cualquier posibilidad de impulsar reformas en una conversación entre Revolución Ciudadana y ADN para formar una mayoría calificada. “No hay espacios para el diálogo, es imposible conversar”, afirmó.

El proteccionismo económico se basa en un modelo que limita la importación de productos del exterior más baratos y promueve el consumo de servicios nacionales, para fortalecer la oferta y la demanda local. Este enfoque es el que plantea Francisco Vergara, presidente de la Cámara de Pequeñas y Medianas Empresas de Pichincha (CAPEIPI).

“Mejorar el empleo pasa por impulsar el consumo de productos nacionales. Cada vez que un ecuatoriano compra un producto hecho en el país, hay una inyección directa al bolsillo de las pequeñas y medianas empresas, que generan más del 90 % del empleo en Ecuador”, sostiene Vergara.

El empresario no se opone al trabajo por horas, pero sostiene que esta modalidad, por sí sola, no resolverá la crisis laboral que atraviesa el país desde hace más de una década. A su modo de pensar, mientras no se fortalezca el consumo de bienes y servicios nacionales, las empresas grandes, medianas y pequeñas no tendrán el respaldo económico necesario para abrir nuevas plazas de empleo.

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