La Bahía de Guayaquil: la historia de un mercado informal que se convirtió en blanco de la violencia

La Bahía, considerada la zona más comercial de Guayaquil, crece entre la informalidad, la piratería y el caos. Este sector, ubicado a apenas tres cuadras del Municipio y colindante con el turístico Malecón Simón Bolívar, representa el rostro más visible del comercio popular e informal de la ciudad. Su nombre proviene de su cercanía al río Guayas y su actividad económica ha sido clave para dinamizar la economía local, aunque muchas veces al margen de la ley.

Este sector se extiende en un rectángulo de aproximadamente 60 manzanas, entre las calles Colón, Gómez Rendón, Noguchi y el río. A pesar de que existen cerca de 4 300 negocios formales, las aceras, esquinas y calzadas están abarrotadas de vendedores ambulantes, lo que vuelve imposible determinar cuántas personas trabajan realmente en la zona o cuántos millones de dólares se mueven anualmente.

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En La Bahía se vende de todo: ropa, artículos de aseo, productos de belleza, medicinas y tecnología, casi siempre a precios bajos que se negocian mediante el tradicional regateo. Sin embargo, muchos productos son imitaciones o mercancía de contrabando.

Ya en 2011, la Oficina de Comercio de Estados Unidos incluyó a este sector en una lista de 17 puntos críticos del mundo por su alta concentración de piratería.

Además de su importancia comercial, La Bahía ocupa un punto estratégico de la ciudad. Se encuentra a una cuadra de la Catedral Metropolitana, cerca de la Gobernación del Guayas y del Cabildo. Aunque su actividad se remonta a la década de 1940, fue recién en 1996 cuando se definió formalmente su delimitación territorial.

Este martes 3 de junio, La Bahía volvió a ser noticia por un atentado con explosivos. Al menos seis locales comerciales resultaron afectados y varios otros en los alrededores sufrieron daños en ventanas, puertas y techos. Comerciantes del sector han denunciado en las últimas semanas la llegada de panfletos con amenazas y extorsiones, en los que se les exige una "colaboración" para poder seguir trabajando "en paz".

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Guayaquil no puede entenderse sin La Bahía, que aunque ha dinamizado la economía de la ciudad, creció en medio del desorden y en muchos casos al margen de la ley.