05 jun 2025 , 14:40

La parroquia Calacalí es historia y naturaleza en la Mitad del Mundo

El volcán Pululahua tiene un cráter habitado, nubes eternas y vida rural.

La aventura empieza en Calacalí, histórico pueblo entre montañas a pocos kilómetros al norte de Quito, atravesado por la línea equinoccial, lugar ideal para conocer sobre la historia de la provincia de Pichincha.

Ahí destaca el monumento a la Mitad del Mundo, data de 1 936 y es el más antiguo de los tres que se erigieron en la línea equinoccial en el siglo pasado. Construido en piedra, fue el modelo para el icónico monumento con el que se identifica el Ecuador en todo el mundo.

Un kilómetro al sur empieza el ascenso por un camino de tierra que lleva al filo del cráter, y ahí entre las nubes aparece el corazón del Pululahua. 19 kilómetros cuadrados encerrados por las empinadas paredes del volcán.

Una sinuosa vía de tierra baja vertiginosamente hasta lo profundo de la caldera y el centro de la Reserva Geobotánica que alberga. La más antigua de América Latina.

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Transitarla obliga a atravesar las nubes, pasar por ricas tierras productivas en las que trabajan 30 familias y admirar el empinado cerro, el chivo, luego del Pondoña y el Pan de Azúcar, emblemáticas elevaciones, vestigio de anteriores erupciones del coloso de la Mitad del Mundo.

Las polvorientas vías permiten conocer la inigualable riqueza natural, turística e histórica del sitio. Circular hacia el norte, adentra a los visitantes en la reserva del Pululahua, nombre Quichua que significa nube de agua.

Y casi al final del camino aparece Nieblí de Monjas, un pueblo de esos perdidos en el tiempo y en los mapas desde hace décadas, cuando terminó el boom de la cal, de la caña y el café.

Ahí empieza el ascenso por uno de los flancos del volcán. Un estrecho camino en medio de los árboles y las nubes se adentra en lo más frondoso del bosque nublado de altura, en el corazón del Chocó Andino.

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Casi sin aviso aparece el pavimento y Yunguilla, una mágica población que se ha consagrado a proteger este bosque, una de las joyas naturales más importantes y bellas del Ecuador.

Atravesar el cráter del Pululahua, bañarse con sus nubes y su historia y disfrutar de uno de los bosques más biodiversos, es una experiencia inigualable. Conocer estos sitios por las rutas del Ecuador es parte de la magia.

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