Perucho está en el centro de la denominada ruta escondida

El camino arranca en la Mitad del Mundo con rumbo noreste. El objetivo: llegar a Perucho, en pleno centro de la denominada Ruta Escondida, integrada además por las parroquias Atahualpa, Puellaro, Chabespamba y San José de Minas.
El camino es mágico y brinda paisajes como estos.

Es en la vía conocida como Culebrillas, que sigue la ruta de un antiguo camino de ingreso al norte de Quito.

Conducir por esta carretera mientras se lo haga con seguridad es una experiencia única, es que no hay muchos sitios en los que, por ejemplo, se pueda descender 1 000 metros en una ruta de tan solo 10 kilómetros.

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Disfrutar de paisajes montañosos que son únicos, vivir un rápido cambio de temperatura y pasar por un puente que parece sacado de una vieja película.

Y desde la parte más profunda, un pronunciado ascenso que en pocos minutos conduce a Perucho. Es un pintoresco sitio en el que el olor a mandarina invade el ambiente. Su iglesia patrimonial, que data de 1700, construida totalmente de madera, es la joya del lugar y a su pie, un parque como ningún otro.

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Con árboles centenarios cubiertos de musgo que ahora son tan difíciles de encontrar. Perucho es solo el centro de una Ruta Escondida que atrapa a los visitantes en cada rincón.

Los destinos son innumerables y cada uno tiene su encanto y llegar a ellos por las rutas del Ecuador, es gran parte de la magia.