05 feb 2025 , 20:55

La crisis en el sector petrolero se complica año tras año

La producción está a la baja y el gobierno carece de recursos para ampliar la existencia de crudo, sumado a que la petrolera estatal es una empresa que no tiene planes de mejora. Este será uno de los problemas que deberá afrontar quien llegue a Carondelet

   

La producción petrolera sigue a la baja. El 2014 fue el año de mejor producción de la última década, se llegó a 533 mil barriles diarios. Desde ahí la caída ha sido constante hasta el año pasado que cerró con un promedio de 475 mil barriles diarios.

Petroecuador, a cargo del 80 % del crudo, está sumida en crisis institucional. En un año ha tenido cuatro gerentes y no tiene planes de expansión. La crisis petrolera se refleja en los ingresos para el Estado.

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En el 2018 el petróleo representó el 35 % de las exportaciones de bienes; el año pasado fue apenas el 24 %. Las reservas de petróleo tampoco han aumentado. El país tiene un poco más de mil millones de barriles por explotar y, al ritmo actual, solo durarán un poco más de una década.

Las causas

Ecuador no tiene una política estatal para la explotación petrolera. No se sabe si el país quiere seguir siendo o no un país petrolero, las visiones son de corto plazo y cada gobierno ha improvisado la suya para solucionar problemas coyunturales de la caja fiscal.

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Esta política impide las inversiones necesarias en el sector y los proyectos para recibir inversión privada. Otro factor es la tecnología obsoleta del sistema de producción petrolera, además del agotamiento de los campos en explotación, algunos durante más de 40 años.

Desde el 2020, los dos oleoductos han sufrido roturas por la erosión del río Coca y esto también ha obligado a parar la producción de algunos pozos. Impacta de la misma forma decisiones como el cierre del bloque ITT, derivada de una consulta popular. Ese bloque tiene 245 pozos y 48 se cerrarán cada año.

Los parches

Elevar la producción petrolera ha sido el ofrecimiento constante de los gobiernos desde hace más de una década, pero los resultados han sido contrarios.

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Todos han centrado su política en la renegociación de contratos petroleros con las empresas privadas para aumentar la rentabilidad para el Estado, sin que eso redunde en el aumento de la producción.

Uno de los últimos pasos dados es la presentación de las nuevas rondas de licitación de campos para producción de crudo y gas. Son cinco y según los planes anunciados, se lanzarán en el primer trimestre del 2025.

La salida

El próximo gobierno deberá afrontar el problema cuya solución pasa, según los expertos, por cambiar la visión del sector, dejar de obtener del petróleo recursos inmediatos para estabilizar la caja fiscal y generar una política de expansión a mediano plazo.

Esta política pasa por reconocer que el Estado no tiene recursos para invertir en el sector y que es indispensable la participación de capitales privados.

Quote

“Con la reservas de 1300 millones de barriles y si seguimos con la producción de los campos, lo que nos queda son 12 años de producción. Son recursos contingentes que no tienen un plan de desarrollo”, explicó Guillermo Ferreira, viceministro de Hidrocarburos

Decidir el futuro de Petroecuador es clave, esa empresa es ineficiente y no tiene estados financieros auditados desde el 2021. Ese año se estimaron por última vez las reservas petroleras del país y se hicieron los últimos planes de expansión.

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La campaña

los candidatos a la Presidencia de la República abordan el problema petrolero del país desde tres visiones:

La primera es fomentar agresivos planes de inversiones públicas y privadas y subir la producción hasta 750 mil barriles diarios, construir refinerías y rehabilitar el sistema de producción y transporte de crudo.

La segunda es iniciar la transición energética y depender cada año menos del petróleo. Para ello plantean cuantificar las reservas de crudo y explotarlas con un plan de largo plazo.

Y la tercera es pasar del extractivismo a la era post petrolera dejando de lado las inversiones en el sector y aplicando políticas de reparación, auditoría y desmontaje de la industria. Pero, no dicen cómo financiar todos estos planes.

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