Crisis en el Hospital de Francisco de Orellana deja pacientes sin atención oportuna
La falta de tomógrafo, insumos médicos y ambulancias con combustible ha provocado demoras críticas, e incluso muertes, mientras autoridades no responden.
La crisis en el Hospital General Francisco de Orellana, en El Coca, se refleja en cada pasillo: pacientes que llegan en busca de ayuda y se encuentran con equipos inhabilitados e insumos agotados.
Videos grabados por usuarios muestran la puerta cerrada del espacio donde funcionaba el único tomógrafo. El equipo dejó de operar este mes y, desde entonces, los pacientes deben ser trasladados a otros cantones.
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Uno de esos casos fue el de un joven de 26 años que ingresó la semana pasada tras un siniestro de tránsito. Permaneció cuatro días hospitalizado y falleció a la espera de una tomografía y la valoración de un neurocirujano que no había. Su familia asegura que el traslado a Quito no se concretó porque les pidieron pagar el combustible de la ambulancia.
“Los doctores handicho que no ya no podía resistir (...) Nosotros dijimos si había posibilidad de llevar (A Quito) y nos dijeron también que no había gasolina, teníamos que poner USD 80 de gasolina, teníamos que esperar que alguien, o sea pedir ayuda, o sea prestado o sea es difícil”, explica Jessica Huatatoca, familiar del joven fallecido.
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En la sala de emergencia, otros pacientes con aneurismas cerebrales llevan más de diez días esperando que la red pública gestione un traslado.
Esta mujer, cuya madre está internada, debió llevarla por sus propios medios a una clínica privada de Sucumbíos para realizarle una tomografía.
“Nos mandaban a Lago Agrio, que teníamos que esperar un cupo; el doctor dijo que no había, que buscáramos. Nosotros hicimos lo que se pudo, buscamos USD 140 para llevarla y, aparte, USD 40 más para la ambulancia”, contó la hija de la paciente hospitalizada.
Los pacientes aseguran que deben comprar las recetas diarias en farmacias privadas, incluso paracetamol, y que no hay insumos para cirugías, como lápices de electrobisturí, agujas espinales y hasta insumos para colocar sueros.
“Una jeringuilla no tiene el Hospital de Francisco de Orellana”, mencionó María Andrango, familiar de un paciente.
A esta crisis se suman los cuatro meses de retraso en los pagos a más de 20 trabajadores de servicios externalizados de limpieza.
“Ya no tenemos ni para los niños ni para la colación, nada. A veces usted piensa que todo el día va a pasar trabajando con un pan y un vaso de café; hay compañeros que ni siquiera almuerzan. Pedimos por favor que nos ayuden cancelen”, expresó una trabajadora externalizada.
Televistazo solicitó una entrevista con la directora del hospital, Gina Pérez, pero indicó que no está autorizada y que la información oficial debe ser proporcionada por la Coordinación Zonal 2 de Salud, que hasta el cierre de este informe tampoco respondió.
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