En Ecuador hay dos precedentes de concesiones de campos petroleros a empresas privadas
En esos casos hubo sospechas de corrupción y en uno se usó una figura similar a la que se aplica para negociar la explotación del campo Sacha,
En el 2012, el gobierno del expresidente Rafael Correa entregó campos maduros a administradores privados. Su plan era concesionar siete de esos campos; lo hizo con dos.
En el 2012, en una misma negociación, se entregaron los campos Shushufindi y Libertador a la francesa Schlumberger. Con ella se negoció un contrato de prestación de servicios: el petróleo seguía siendo del Estado, pero la compañía recibía una tarifa fija por cada barril adicional, por sobre una línea base.
Por cada barril de Shushufindi, la empresa ganaba USD 30,62 y en Libertador USD 39,53.
En el 2017, en medio de denuncias de corrupción en el contrato inicial, la empresa aceptó renegociar. En Shushufindi, la tarifa bajó a USD 19,50 y en Libertador a USD 25,50.
Las sospechas de corrupción se hicieron públicas cuando el exdirector de la Agencia de Regulación Hidrocarburífera, José Luis Cortázar, encontró que la tarifa y la curva de declinación de la producción no tenían sustentos técnicos.
Se lo dijo al entonces vicepresidente Jorge Glas y al exministro de sectores estratégicos, Rafael Poveda. Conversaciones que grabó clandestinamente
En diciembre de 2015, el mismo gobierno entregó por 20 años el campo Auca a una filial de Schlumberguer que pagó un bono en efectivo de USD 1 000 millones y negoció una tarifa de USD 26 por cada barril extraído.
También hubo sospechas de actos de corrupción en ese proceso que fueron denunciados en la Fiscalía por el exlegislador y candidato presidencial, Fernando Villavicencio, denuncias que siguen en investigación.
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