Un informe revela que el conflicto ha generado 229 millones de toneladas de CO2, sifra comparable con las emisiones anuales de 120 millones de autos.
- Fotografía de archivo de una columna de humo, tras el impacto de un misil ruso en la entrada de la ciudad de Járkov (Ucrania). EFE/Esteban Biba( )
Desde el inicio de la invasión rusa hace tres años, la guerra en Ucrania ha dejado una profunda huella en el medioambiente. Según un informe de la Iniciativa para Contabilizar los Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (IGGAW), el conflicto ha generado 229,7 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de 120 millones de vehículos de combustión. Solo en el último año, las emisiones han aumentado un 30 %, sumando 55 millones de toneladas adicionales.
Los principales responsables de las emisiones

Los combates en el frente de batalla representan el 36 % del CO2 emitido, con un total de 82,1 millones de toneladas en tres años. A pesar del uso creciente de drones, estos no han reemplazado el alto consumo de proyectiles de artillería, altamente contaminantes.
Por otro lado, la reconstrucción de infraestructuras dañadas ha generado 62,2 millones de toneladas de CO2, representando el 27 % del total. A pesar de que en 2024 las líneas de combate han permanecido más estables, este sector sigue siendo el segundo mayor contribuyente a las emisiones.
Uno de los factores más preocupantes es el aumento de los incendios forestales en Ucrania, que han liberado 48,7 millones de toneladas de CO2 desde el inicio de la guerra, representando el 21 % del total. En 2024, estos incendios han sido especialmente devastadores, con un crecimiento del 113 % en comparación con los dos años previos.
El conflicto y el cambio climático, un círculo vicioso
El informe subraya cómo la guerra y la crisis climática se retroalimentan, intensificando los efectos del calentamiento global. La sequía extrema que afectó a gran parte de Ucrania en 2024, combinada con los combates, ha provocado incendios descontrolados que siguen consumiendo vastas áreas debido a la imposibilidad de los bomberos de actuar en zonas de guerra.
Otros sectores también han contribuido a la crisis ambiental, como los ataques a infraestructuras energéticas (8 % del total, con 19 millones de toneladas de CO2), la aviación civil (6 %, con 14,4 millones de toneladas debido a la alteración de rutas aéreas) y el movimiento de refugiados ucranianos, que aunque tuvo un impacto menor en 2024, ha generado 3,3 millones de toneladas en los últimos tres años.
El estudio, respaldado por el gobierno ucraniano, sostiene que Rusia debería asumir la responsabilidad de estas emisiones y sus consecuencias climáticas, calculando un coste social del carbono de más de 42.000 millones de dólares.
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