La desaparición de alias Fito develó la inexperiencia del gobierno de Daniel Noboa

Uno de los cabecillas de Los Choneros, Adolfo Macías, alias Fito, desapareció de la cárcel en Guayaquil. La noticia comenzó a circular en redes sociales la mañana del domingo 7 de enero de 2024 y para la tarde ya era un hecho. Hasta el cierre de este reportaje no hay novedades del paradero del delincuente.

Se trata de uno de los criminales más peligrosos y con más poder, quien maneja esa y otras cárceles del país.

Los rumores de que Adolfo Macías ya no estaba en la cárcel tomaron fuerza la mañana y mediodía del domingo. En redes sociales, varias cuentas apuntaban a la fuga del preso y las personas de los alrededores del recinto penitenciario reportaban un intenso movimiento en el lugar.

La versión que se manejaba es que cuando militares y policías intentaron intervenir la cárcel, para ejecutar el traslado de alias Fito, no lo encontraron.

Pasaron casi cuatro horas para tener una primera reacción del gobierno nacional. Fue el secretario de comunicación, Roberto Izurieta, el que dio pistas de que algo estaba pasando, sin precisar nada. "El presidente ha convocado una reunión urgente del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (COSEPE) esta tarde", indicó.

Sin embargo, fue la Fiscalía, a las 19:52, quien confirmó oficialmente que alias Fito estaba desaparecido, llamando a lo hecho como "evasión" de la Penitenciaría del Litoral.

Y a las 20:45 recién llegaron los anuncios que había anticipado Izurieta y por su propia voz. Sus declaraciones fueron en la línea de agradecer y reconocer el trabajo de la fuerza pública, sin dar mayores precisiones.

Al día siguiente, el pasado 8 de enero, Izurieta dio una entrevista en Teleamazonas, y aseguró que se filtró información, lo que provocó que se frustre el operativo. El Secretario de Comunicación dijo que "la mejor decisión que podría haber tomado el Estado es no hacer nada".

Luego, hubo estallidos en al menos seis cárceles del país, incluyendo un conato de incendio y secuestros de los guías penitenciarios. El Servicio Nacional de Atención a Privados de la Libertad (SNAI) no dio información oportuna al respecto, tardó varias horas en pronunciarse.

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Finalmente, el presidente Daniel Noboa, mediante una publicación en sus redes sociales, anunció el estado de excepción, que incluye toque de queda a escala nacional.

El analista político Giuseppe Cabrera considera que el Gobierno no ha tenido un adecuado manejo de la comunicación y ha tropezado en varias ocasiones.

Considera adecuado que sea otro vocero el que transmite las malas noticias y quien da la cara frente a los problemas; aunque adelanta que eso podría desgastar tempranamente la imagen del Secretario de Comunicación.

Sin embargo, sí cree oportuno que sea el Presidente quien asuma la crisis, como una manera de mostrar preocupación por lo que está ocurriendo.

Actualmente, Noboa mantiene altos índices de aprobación. Algunas encuestadoras incluso lo ubican por encima del 70%. Pero, Cabrera explica que con los últimos acontecimientos, los números podrían declinar. Sobre todo si no hay una respuesta concreta.

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Tal como lo hizo Guillermo Lasso en varias ocasiones, Daniel Noboa apunta a que la violencia registrada en las cárceles y calles del país, en las últimas horas, es una reacción de las bandas criminales a las acciones del Gobierno.

Para el experto en seguridad, Jean Paul Pinto, el verdadero problema está en que el sistema penitenciario y judicial está corrompido. Eso implica que, para lograr resultados oportunos, se debería depurar las filas del SNAI y demás instituciones públicas.

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Considera que ninguna estrategia para evitar la violencia ni la crisis carcelaria se podrá concretar mientras haya infiltrados de los grupos criminales en las instituciones.

Sobre la declaratoria de estado de excepción, Pinto cree que es una medida parche, que da mayor poder a la fuerza pública, pero que no soluciona el problema de los eventos violentos que han ocurrido en las calles y mucho menos permitirá dar con el paradero de alias Fito.

"Ya la hemos aplicado muchas veces, sin éxito alguno", asegura el analista, indicando que no hay garantía de la efectividad.

También hay cuestionamientos de que el equipo, a cargo de la seguridad, no está preparado para responder a las emergencias. Los analistas coinciden en que la mayoría de nuevos ministros no tienen las credenciales para ejercer los cargos públicos. En el caso de la ministra Mónica Palencia, a cargo de Interior y Gobierno, ejerce un rol similar al de la exministra Alexandra Vela, priorizando su fuerte: lo político.

El éxito de la consulta popular de 2024 estaba casi asegurado. Con la popularidad del Presidente y las preguntas que no sacudían a sectores sociales, no había razón para que alguien se oponga, más allá de los cuestionamientos de que no era necesario llamar a las urnas para conseguir esos objetivos.

Sin embargo, tras la desaparición de alias Fito y la reacción de los criminales en las calles, la consulta popular puede recibir una respuesta negativa por parte del electorado, que necesita acciones urgentes, según explica Cabrera.

Con las nuevas preguntas, el Presidente ya toca fibras más sensibles que para Pinto eran necesario preguntarse, como la extradición de presos o los jueces castrenses.

Que esas preguntas lleguen en medio de la crisis no es casual. El mensaje es que la reacción de Gobierno es impulsar la consulta como medida contra la inseguridad.