Cinco villancicos ecuatorianos para acompañar el Adviento y la Navidad

La Navidad en Ecuador no solo se siente en el aroma del chocolate caliente o el armado del pesebre; se escucha en la melodía de los villancicos.

Estas composiciones, que tienen su origen remoto en el siglo XIII con San Francisco de Asís, llegaron a América desde España para fusionarse con la sensibilidad local, creando un repertorio único que hoy forma parte de nuestra identidad cultural y religiosa.

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Aunque muchos creen que los villancicos son piezas anónimas o extranjeras, Ecuador posee una lista extensa de autores que dedicaron su talento a la natividad. El nombre más emblemático es el del lojano Salvador Bustamante Celi, cuya música ha marcado la infancia de generaciones.

Sin embargo, también destacan figuras como el otavaleño Guillermo Garzón y el ambateño Segundo Bautista, junto a otros maestros como Hermenegildo Rodríguez Parra y Segundo Cueva, aunque varios de los más populares son interpretados por los Pibes Trujillo.

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El repertorio tradicional ecuatoriano se distingue por sus letras dulces y melodías que invitan a la calma o al festejo. Entre los más destacados, muchos de ellos con música de Bustamante Celi y letras de Fray Fernando de Jesús Larrea, se encuentran:

1. Ya viene el niñito: Un ícono que narra la llegada de Jesús entre flores y el despertar de los pastores.

2. Claveles y rosas: Una pieza lírica que pide adornar la cuna mientras un ángel mece al Niño.

3. Dulce Jesús mío: Quizás el más coreado durante el pase del niño y las reuniones familiares.

4. Entre paja y el heno: Que resalta la belleza del recién nacido comparándola con el brillo de los astros.

5. Bienvenido Seas: Que celebra el nacimiento del Niño Jesús como un acto de alegría y acogida, expresando el gozo del pueblo que recibe al Salvador con cantos, fe y ternura.