Grupos de chefs están reinventando platos típicos, fusionando prácticas ancestrales con técnicas de alta cocina, convirtiendo cada degustación en una experiencia única.
Un ejemplo es el ceviche de Jipijapa, que se prepara en la Escuela Gastronómica y de Hospitalidad Iche, en el cantón San Vicente, norte de Manabí.
Lea también: Cinco mil años de historia hay detrás de la sopa conocida como viche
Su base es un filete de pescado con aceite verde, decorado con trozos de pepino y maní tostado, acompañado de una salsa que concentra el sabor de la pasta de maní, servida en forma de helado.
La cazuela de mariscos, ícono de la cocina manaba, no ha sido la excepción en este proceso de transformación. Conocida por su sabor profundo y su textura suave, ahora se presenta con un toque de sofisticación.
Sus ingredientes principales como el camarón y el pescado, se asan primero en un horno de leña, se combinan luego con un refrito de vegetales sazonados con especias y maní, y se sirven gratinados en una vasija de barro decorada con hierbas.