30 sep 2025 , 10:57

Paro, ¿lo peor está por venir?

   

En el Gobierno había la expectativa de que el paro muriera por inanición este lunes 29 de septiembre, pero la muerte del comunero en Cotacachi, por un aparente disparo militar, complicó el panorama. Y mucho.

Al error por esa baja lamentable se suma la inaceptable golpiza que un soldado propinó a otro comunero que intentaba ayudar al hombre herido por el proyectil. De un plumazo, se disipó la aspiración de las autoridades de acabar con la movilización imponiendo orden y sin ceder posiciones.

Si bien la crisis se focaliza en Imbabura, la situación en esa provincia es muy grave. Casi todas sus vías están sitiadas, ya hay desabastecimiento de víveres y combustible y la agresividad de los alzados sube de tono cada hora que pasa.

En la estrategia de victimización a la que el movimiento indígena siempre apela, los excesos de las fuerzas del orden le cayeron de perlas. Marlon Vargas radicalizó su postura y las huestes del paro están más bravas que nunca. La gente que necesita movilizarse y comerciar entre Carchi, Imbabura y el norte de Pichincha está brutalmente afectada.

Y como ocurre siempre, la dirigencia indígena no se hizo responsable de la paliza a uniformados y el secuestro de 17 de ellos.

Seguramente, creerá que atemorizando a la población en la carretera o destruyendo una red de agua para más de cinco mil familias en Ibarra, el Gobierno terminará por ceder con la expectativa de que se elimine el decreto de alza del diésel.

La apuesta de la Conaie es, sin embargo, riesgosa, pues el presidente Noboa no va retroceder con la medida. Más allá de su consabido voluntarismo, sabe que echarse para atrás tiene un costo político enorme porque ello, prácticamente, sepultó a Lenín Moreno y Guillermo Lasso en los paros de 2019 y 2022.

Además, el Régimen ha logrado explotar una serie de mensajes que le dan oxígeno mientras intenta retomar el control en Imbabura. Entrar a Ibarra en un convoy humanitario, acompañado de una parte del cuerpo diplomático fue audaz, pues estos observadores internacionales, por primera vez en los últimos seis años, condenaron de manera abierta el grado de agresión, intransigencia y descontrol de las manifestaciones, por los ataques directos a la caravana.

Desde esa perspectiva, la Conaie puede perder a un potente aliado histórico: la comunidad internacional que suele solidarizarse con su lucha. Tampoco ha tomado en cuenta que las encuestas, de momento y pese al alza del diésel, tampoco le favorecen, con lo cual cualquier respaldo popular que amasen puede erosionarse muy pronto. Ya se vio en Otavalo e Ibarra la molestia de la gente por el bloqueo absoluto.

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Noboa debe ser rápido, estratégico y certero si quiere retomar la iniciativa y debilitar las protestas en esa provincia. Ello implica revisar todo el protocolo de neutralización a los manifestantes para que no vuelva a aparecer otro campesino caído.

En cambio, la Conaie, por su radicalismo estructural, difícilmente procesará con agilidad el momento incómodo por el que atraviesa su consigna en contra del alza del diésel. En consecuencia, no sería extraño que la agresividad aumente en las próximas horas, abonando a un caos desgastante que a Carondelet se le hará más difícil administrar, bajo el riesgo de que los focos de tensión y protesta se despierten en otros lados del país. Noboa, en todo caso, no dejará que haya una toma de Quito, pues es el gran trofeo que por ahora exhibe su manejo del paro. La tensión puede aumentar de manera acelerada y el bloqueo en el norte del país volverse insoportable.

Le puede interesar: Un paro sin Quito no es paro...

*La explosión del último coche bomba cerca de la Penitenciaría. Este hecho, que es el número 300 registrado en el país, confirma el grave deterioro de la seguridad pública con la amenaza de un terrorismo cada vez más cercano. El país tiene que hablar de esta realidad. https://www.ecuavisa.com/noticias/seguridad/esto-se-sabe-coche-bomba-carcel-regional-guayaquil-26-septiembre-AI10187979
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