No es una buena semana para el ex Presidente de la República, Rafael Correa. Sus errores comunicacionales son cada vez más frecuentes y de bulto, al punto que el ensimismamiento y la desconexión con la realidad que estos le producen, podrían llevarlo, ahora sí, a una muerte política virtual.
Hace pocos minutos, el presidente Daniel Noboa entregó siete nuevas preguntas a la Corte Constitucional para su proyecto de consulta popular y referendo. Una de ellas plantea reformar el Código de la Democracia para prohibir que se use el nombre, imagen, voz o apoyo en cualquier forma de personas con sentencia ejecutoriada por delitos contra la administración pública como cohecho, concusión, peculado o enriquecimiento ilícito.
En buen romance, esta es una pregunta dedicada a Rafael Correa, sentenciado por el caso Sobornos. Si la Corte Constitucional aprueba esta pregunta y el pueblo la valida en las urnas, esta especie de proscripción será un hecho.
En sociedades políticamente tan feroces como la ecuatoriana, una propuesta de este tipo es algo predecible. Por lo que es de esperar que el afectado arremeta con todas sus fuerzas para defenderse. El problema es que quizás la Revolución Ciudadana no está en capacidad de defender a su líder en una batalla de esta envergadura.
Las fricciones dentro del correísmo son evidentes. Los alcaldes y prefectos de esta tienda se han distanciado de Luisa González, presidenta del movimiento, por su defensa a ultranza del dictador venezolano Nicolás Maduro.
La alta dirigente tiene, por su parte, el respaldo de Correa. Hace pocas horas se difundieron extractos de la entrevista que él hizo al tirano en Caracas, cuestionando la arremetida de EE.UU. y sus buques en el mar Caribe, cerca de ese país.
Correa es un convencido de la inocencia de Maduro y no duda en cuestionar públicamente al también expresidente Guillermo Lasso por apoyar una eventual incursión armada de Washington en Venezuela. Es más, dijo que Lasso debiera ser enjuiciado por traidor a la patria.
Esta posición deja muy mal parada a la Revolución Ciudadana, ya que según las mediciones del clima en redes sociales, efectuadas por Alondra Enríquez, el 98,7 % de las interacciones tuvieron un sentimiento negativo. Es claro que nada le importa más a Correa y González que defender al chavismo. ¡Menudo despiste! Y de eso Noboa saca provecho para burlarse.
Otro error cometido por la RC5 fue el video con imágenes de Inteligencia Artificial mediante las cuales se toma distancia de José Serrano, acusado de ser uno de los autores intelectuales del magnicidio contra Fernando Villavicencio.
Fue tan burda la pieza comunicacional, así como la hosca referencia de Correa a la “traición de Serrano”, en la época de Lenín Moreno, que las redes sociales y los medios de comunicación no tuvieron más remedio que recordar al país los largos años que Serrano fungió como hombre fuerte de Correa en el poder.
Si esa agrupación no tiene iniciativa para marcar una línea política que blinde su destrozada reputación, difícilmente estará en capacidad de pelear por la pregunta que Noboa le ha dedicado. La Corte Constitucional tendrá la penúltima palabra y el pueblo, la definitiva.
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