27 jun 2025 , 13:15

Sin actitud, ni Guardiola salva a Emelec

Célico fue despedido de forma bochornosa, pero si los jugadores de Emelec no asumen con seriedad su responsabilidad, el problema persistirá. Venga quien venga.

   

Por más entrenadores que pasen por el banquillo de Emelec, el verdadero problema parece enquistado dentro de la cancha.

La salida de Jorge Célico, confirmada de forma vergonzosa —a las 23:30 y por WhatsApp— no es solo otro episodio más de inestabilidad institucional, sino también una señal de que, sin autocrítica en el camerino, ningún proyecto podrá sostenerse.

Emelec volvió a dejar escapar un triunfo vital ante Católica, en un partido que tenía controlado, con ventaja y superioridad numérica. ¿Cómo se explica que un equipo necesitado, casi con el agua al cuello, no tenga el carácter para cerrar un partido que debía ser suyo? No es falta de talento; es falta de actitud de los jugadores.

Célico se va con números pobres: apenas cuatro victorias en 17 partidos, un rendimiento de 35,29 %. Pero también se va dejando nuevos refuerzos, una idea de juego en construcción y, sobre todo, la amarga sensación de que sus jugadores no se mataron por él en la cancha, por mucho que dijeran que lo respaldaban.

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Si los jugadores no asumen con seriedad su responsabilidad profesional, si siguen sin dar el salto emocional que demanda vestir la camiseta azul, el problema persistirá. Venga quien venga.

El entrenador no es ajeno a las culpas, claro está. Pero en este Emelec, hace falta mucho más que un cambio de nombre en la dirección técnica.

La directiva también queda mal parada. Notificar la salida de un DT por mensajería instantánea, casi a medianoche, no es solo una falta de respeto, sino un síntoma de improvisación. ¿Cuál es el plan real del presidente Jorge Guzmán? ¿Hay un proyecto detrás o solo se navega al ritmo de la tormenta?

Hoy Emelec está en la zona de descenso. Y aunque Célico, con caballerosidad, dice estar seguro de que el club saldrá adelante, eso solo será posible si los que entran a la cancha cambian el chip. Porque ya lo vimos: con esta actitud, ni Guardiola salva al Bombillo.

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