23 dic 2018 , 09:33

El operativo que terminó con alias Guacho

Walter Arizala fue abatido por la Fuerza pública de Colombia en la zona de Tumaco.

Un disidente de las FARC que aterrorizó a los habitantes del sur de Colombia después de abandonar el proceso de paz del país e involucrarse en el narcotráfico, murió el viernes en combate, anunció el presidente Iván Duque.

 

Walter Arizala, alias 'Guacho' murió durante la "Operación David" , en un “hecho heroico, después de una búsqueda de varios meses que contó con el apoyo de Estados Unidos tras el secuestro y asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio en la turbulenta zona fronteriza.

 

“Hoy muchas comunidades de Colombia van a dormir tranquilas porque ha caído uno de los más horrendos criminales que haya conocido nuestro país”, afirmó Duque en un discurso televisado.

 

Arizala, alias 'Guacho', era uno de los fugitivos más buscados del extenso mundo del hampa.

 

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Dirigía una pequeña facción disidente de unas cuantas decenas de guerrilleros de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la que se responsabiliza de una reciente ola de violencia relacionada con el narcotráfico.

 

 

 

También se cree que los elementos de Arizala son responsables del asesinato en julio de tres trabajadores judiciales colombianos, así como de varios secuestros de civiles y atentados con coches bomba contra instalaciones militares en Ecuador.

 

Las autoridades colombianas celebraron el éxito del operativo, en la que se dio muerte a alias "Guacho", en lo que supone el mayor golpe asestado contra los grupos disidentes de las FARC.

 

En la operación, ejecutada en una zona remota de Tumaco, municipio del departamento de Nariño, en la costa pacífica, francotiradores mataron no solo a "Guacho", responsable del asesinato de cinco ecuatorianos, entre ellos tres trabajadores del diario El Comercio, sino también a Luis Alberto Bermeo Gasca, alias "Pitufín".

 

Fuentes oficiales confirmaron que, para poner en marcha la operación, las autoridades colombianas recurrieron a fuentes dentro de la zona selvática que facilitaron información.

 

Además, interceptaron decenas de líneas telefónicas para conocer los puntos que frecuentaba 'Guacho' y así poder poner en marcha la operación militar.

 

El comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, explicó que primero hubo una labor de inteligencia "muy importante" donde participaron "todas las agencias del Estado" y en especial las del Ejército.

 

Gracias a ese trabajo, pudieron determinar la ubicación para posteriormente "hacer una ocupación del área" en que se encontraba "Guacho" sin ser detectados.

 

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El fiscal general de la nación Néstor Martínez difundió una fotografía borrosa de Arizala, sonriendo y portando una gorra de béisbol, que según dijo fue tomada durante una reciente operación secreta en la que era vigilado.

 

El Frente Oliver Sinesterra (FOS) de Arizala tiene su base de operaciones en el conflictivo estado de Narino, donde se encuentran los mayores cultivos de coca en Colombia. La superficie dedicada a la producción de la materia prima de la cocaína aumentó el año pasado a 209.000 hectáreas (807 millas cuadradas), la cifra más grande de que se tenga registro, de acuerdo con un reciente reporte de la Casa Blanca.

 

Arizala, de 29 años, era un comandante de rango medio en las FARC y se había unido al grupo rebelde siendo un adolescente. Inicialmente se había sumado al proceso de paz con el que se puso fin a un conflicto interno de medio siglo en Colombia, pero desertó y regresó el año pasado a la selva, donde se cree que estableció una gran red para enviar cocaína de contrabando a los carteles narcotraficantes mexicanos.

 

Las autoridades responsabilizan al FOS de al menos 15 homicidios.

 

Duque, que busca mostrarse como un líder de la ley y el orden al estilo de su mentor, el exmandatario Álvaro Uribe, exaltó la muerte de Arizala como un trofeo de guerra cuando afirmó que su gobierno conservador no escatimará esfuerzos para proteger a los colombianos de las actividades delictivas.

 

Sin embargo, algunos advirtieron que no debía celebrarse demasiado esta victoria en momentos en que ha aumentado la violencia en las zonas rurales de Colombia incluso después de que miles de rebeldes de las FARC depusieran las armas.

 

José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch, para las Américas, dijo que la población afrocolombiana a la que se ha descuidado históricamente en la ciudad portuaria de Tumaco, frente al Pacífico, cerca de donde Arizala fue abatido, continúa siendo altamente vulnerable al reclutamiento por parte de grupos delictivos.

 

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“Los residentes de Tumaco que han sufrido años y años de abusos cometidos por múltiples actores necesitan mucho más que la baja de Guacho para que no se recicle una vez más la violencia”, afirmó Vivanco en Twitter.

 

Por su parte, Ricardo Rivas dijo lamentar la muerte de Guacho porque éste no reveló cómo fue asesinado su hermano, el fotógrafo ecuatoriano Paul Rivas.

 

“Creo que la muerte de una vida, de un ser hermano, no podemos celebrar”, agregó.

 

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