Perfil | Rodrigo Borja, expresidente y referente de la socialdemocracia en Ecuador, cumple 90 años

Nació el 19 de junio de 1935 en Quito. Conozca su legado político y obras en este perfil.
El expresidente Rodrigo Borja camina en las calles del Centro Histórico de Quito.()
19 jun 2025 , 06:00
Diego Bravo

Rodrigo Borja es un referente de la socialdemocracia en Ecuador. Su ruta política quedó marcada tras el viaje que hizo a Suecia, en el extremo norte de Europa, a finales de los años 60, en donde conoció a Olof Palme, líder del Partido Socialdemócrata Sueco y vicepresidente de la Internacional Socialista.

Tras ese encuentro, los principios de esa tendencia dejaron una huella en el entonces joven político ecuatoriano y decidió trasladarlos al Ecuador. Eso se reforzó cuando estuvo en Costa Rica para estudiar un postgrado. En una de las conferencias a las que asistió en ese país centroamericano -reseña Vistazo en su edición de junio de 1988- escuchó por primera vez la expresión Izquierda Democrática, que al final se convirtió en uno de los partidos políticos más influyentes y que actualmente atraviesa por momentos bajos con una nula representatividad en la Asamblea Nacional y otras dignidades.

¿Qué lo llevó a la política? Desde muy joven, Borja sintió una profunda identificación por los problemas sociales que aquejan al país. Fue tractorista cuando su padre alquilaba haciendas en Cayambe, mensajero y amanuense. Su primera derrota electoral la vivió cuando tenía 19 años y era estudiante del Colegio Americano de Quito. Perdió, por cuatro votos, el Concejo Estudiantil.

En las aulas universitarias, adquirió mayor conciencia social y acrecentaron sus dudas y preocupaciones respecto a la realidad del país. Y al contrario de lo que le pasó en el último año de la secundaria, en la Universidad Central ganó la presidencia de la Asociación Escuela de Derecho, lo cual le llevó a unirse a las juventudes opositoras al presidente Camilo Ponce Enríquez, quien gobernó el Ecuador en el período 1956-1960.

Luego pasó las filas del Partido Liberal Radical y comenzó a dar los primeros pasos en la política. En 1962, tras cumplir 27 años, lo eligieron diputado del Congreso Nacional por Pichincha, cuando Carlos Julio Arosemena Monroy era primer mandatario. Con el golpe militar del 11 de julio de 1963, terminó su etapa como legislador, pero ya era visto como una de las caras nuevas de la política nacional.

De hecho, Vistazo recogió las aseveraciones del historiador Jorge Salvador Lara de esa época: "Junto con Armando Pareja Andrade eran los niños prodigio del liberalismo". A ese tiempo, Borja tuvo varios trabajos y de forma simultánea publicaba libros sobre diferentes temas políticos. Sostiene que tras la publicación del texto Derecho Político y Constitucional, en 1964, volvió a su mente el nombre de la Izquierda Democrática.

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"Desde entonces tuve la obsesión de formar un partido político que tuviera esa orientación ideológica", expresó Borja en una entrevista. Ese anhelo llegó en 1970 cuando finalmente se unió con varios intelectuales de la clase media quiteña y dieron vida al partido naranja. ¿Era un socialismo a la ecuatoriana? Borja contestó que sí. "Es un socialismo nacional (...) No aceptamos recetas de valor universal. Lo que se hace en otros países no siempre es transferible al Ecuador".

Ese año, la ID hizo su primera campaña en la Plaza de San Francisco del Casco Colonial. Su primer triunfo electoral como tienda política fue el de Álvaro Pérez, que se proclamó prefecto de Pichincha. Se autodenominaron opositores de José María Velasco Ibarra, quien se declaró dictador y posteriormente fue derrocado. No apoyaron al general Guillermo Rodríguez Lara, pese a que los invitó a formar parte de su gabinete.

Marcelo Vásconez -integrante de la ID- contó a Ecuavisa.com que, a partir de esos momentos, Borja comenzó a recorrer el país, a bordo de su viejo automóvil, de marca Volvo, para conocer a fondo las necesidades del pueblo ecuatoriano. El carro nunca falló e hizo contactos con líderes de otras provincias y tejió una amplia red de dirigentes que llevó a la ID a convertirse en un partido de masas con una fuerte presencia en la Sierra ecuatoriana. "Recorríamos las ciudades pintando las paredes 'Justicia Social con Libertad'. Siempre fuimos muy bien recibidos y la idea caló en la juventud", narró Andrés Vallejo Arcos, uno los grandes referentes de esa tienda política y hombre de confianza de Borja.

La ID compitió de manera frontal con otros partidos como la Concentración de Fuerzas Populares (CFP) o el Partido Social Cristiano (PSC). En 1978, Borja participó en los comicios y quedó en cuarto lugar. Al año siguiente obtuvo una curul en el Congreso Nacional. También participó en las presidenciales de 1984, pero perdió frente a León Febres Cordero.

El mayor recuerdo de esas elecciones fue el debate televisado en una transmisión que duró más de dos horas. Siete canales y más de 300 radios se unieron a la señal. Los protagonistas hicieron ocho preguntas de dos minutos a su rival, quien tenía tres minutos para responder. La revista Vistazo hizo un análisis y contó los insultos. A Febres Cordero se le atribuyó 132 contra el líder de la ID, mientras que Borja lo ofendió 95 veces.

El momento más polémico se dio cuando el exalcalde de Guayaquil increpó a Borja. Le dijo de forma enfática: “Míreme a los ojos, doctor Borja, no me baje la mirada”. Esta fue la frase más recordada de aquella noche, según historiadores y expertos que manejan temas electorales.

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¿Sabías que?
Borja se decidió por el naranja para la ID porque es el color que más llama la atención y se puede incluso distinguir en sitios obscuros, según lo que leyó en una revista a finales de los 60.

Diferentes políticos le consideran un referente de la social democracia. Paco Moncayo, exalcalde de Quito, destacó la trayectoria de Borja. "Fue un presidente que tuvo una gestión ejemplar. Su formación académica fue muy importante".

"Es un hombre reconocido a nivel internacional como uno de los más grandes figuras de esta tendencia política", puntualizó.

Dalton Bacigalupo, exasambleísta de la ID, calificó a Borja como uno de los mandatarios más preparados de la historia. En su texto titulado Discursos desde el Poder, publicado en 2005, lo describe como un gran orador a la altura de Jaime Roldós Aguilera, Velasco Ibarra, Camilo Ponce Enríquez, Carlos Arroyo del Ríos y Alfredo Baquerizo Moreno.

"Desde muy joven llegó a la convicción de que la oratoria es una de las principales armas del político", escribió en el texto. Además, admiró al colombiano Jorge Eliécer Gaitán y el dominicano José Francisco Peña Gómez. Y cita lo que el expresidente (1988-1992) le contó en un diálogo personal: "Calculo a grosso modo que durante mi vida pública he pronunciado alrededor de 7 000 discursos de masas, 520 discursos y conferencias académicas, antes del Gobierno. Alrededor de 100 durante el ejercicio del poder y 172 conferencias en el exterior durante la última década (con corte al año 2005)".

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Su llegada a la Presidencia de la República

Borja terció en los comicios de 1988. En la segunda vuelta, obtuvo 1.762.417 votos frente a los 1.572.651 de Abdalá Bucaram Ortiz del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). Gobernó con un precio de barril de petróleo de USD 9 y desde el principio se caracterizó por buscar una salida definitiva al conflicto limítrofe con Perú.

Los anteriores mandatarios no toparon ese tema, pero Borja y su canciller, Diego Cordovez, plantearon el arbitraje papal con la intervención de Juan Pablo II. Además, fue el primer presidente ecuatoriano que se acercó a su homólogo peruano, Alberto Fujimori, para buscar una salida. En su libro La Propuesta Inconclusa, publicado en el año 2000, Cordovez destaca que se dieron los primeros pasos para sacar al conflicto territorial del inmovilismo e instaurar un proceso de solución.

En una entrevista con un medio digital, en 2016, Borja recordó que Fujimori fue el único presidente del vecino país que reconoció que el Protocolo de Río de Janeiro era inválido. "Teníamos muy avanzadas las gestiones para someter al caso ecuatoriano-peruano al arbitraje de Juan Pablo II, pero llegó don Sixto (Durán Ballén) y mandó todo al canasto de la basura y volvimos a perder territorio".

A su juicio, Ecuador iba a conquistar la paz, pero ganando territorio. Además, el tema iba a ser resuelto por la Iglesia Católica, lo cual iba a tener gran aceptación en Ecuador y Perú porque sus habitantes son mayoritariamente católicos.

En el ámbito de las Relaciones Internacionales, a Borja se le reconoce su activa gestión en el Pacto Andino, que ahora lleva el nombre de Comunidad Andina. Impulsó iniciativas para fortalecer la integración regional, promover el comercio y la cooperación. Por ejemplo, se trabajó en la educación, la salud, la cultura y la tecnología, buscando un desarrollo integral de la región.

Para Andrés Vallejo, otra de las obras más importantes que dejó Borja fue la entrega de un millón de hectáreas de tierra a las comunidades indígenas y la forma cómo gestionó el levantamiento de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en 1990. Salvador Quishpe, uno de los líderes más reconocidos y exasambleísta de Pachakutik, dijo que la respuesta del Gobierno, al principio, fue descalificadora ​​​​porque no aceptaba la construcción de un estado plurinacional y se los veía desde una perspectiva de división del país. Luego, con el pasar del tiempo, la propuesta de la Conaie se consolidó.

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"No queríamos dividir, sino que se reconozca a todos quienes conformamos el Ecuador. Buscábamos que se nos tome en cuenta para las decisiones que se tomaban como Estado. Todos venimos de distintas vertientes", acotó el dirigente.

Asimismo, destacó que Borja sí reconoció al sistema de educación bilingüe y se lo hizo mediante un acuerdo ministerial que suscribió el entonces ministro de Educación, Alfredo Vera Arrata. "Lo triste fue que, años más tarde, esto se borró en el Gobierno de la supuesta revolución".

Otro hito importante fue la Campaña Nacional de Alfabetización Monseñor Leonidas Proaño que estuvo vigente en los años 1988 y 1990 y tenía el eslogan Ecuador ponle tu Nombre. En su blog, la pedagoga Rosa María Torres, directora pedagógica del proyecto, citó una entrevista que le hicieron en 1993 y señaló que la campaña tuvo un fuerte enfoque de Derechos Humanos como eje temático.

Los alfabetizadores fueron en su mayoría estudiantes. Alrededor de 70 000 jóvenes alumnos de últimos años de colegio, de entre 17 y 18 años, se movilizaron en territorio nacional. Hubo entre 36% y 40% de deserción, según datos de las evaluaciones finales. "Esta tasa de deserción es usual y suele ser más alta en campañas y programas de alfabetización de adultos".

Otro de los logros fue el desarme del grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo (AVC), expresó Moncayo. De hecho, se realizó la entrega de armas del movimiento durante un complicado proceso de paz. "La guerrilla nos tenía muy complicados, pero con su visión y apertura, logró hacerlo".

Se conformó una comisión de investigadores internacionales conformada por el constituyente colombiano Antonio Navarro Wolf, el expresidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti. El 26 de febrero de 1991, uno de los líderes del grupo AVC, Juan Cuvi, anunció el acuerdo en Quito.

Se lo hizo en un acto religioso en la Plaza de San Francisco. Se organizó una misa en la que participó el expresidente Osvaldo Hurtado y exvicepresidente Blasco Peñaherrera Padilla, así como ministros de Estado como César Verduga. "Esto es por la paz, supimos empuñarlas (armas) con honor", enfatizó Cuvi en una ceremonia simbólica que se realizó en la plaza.

Esta iniciativa comenzó en marzo de 1989 por iniciativa del entonces ministro de Gobierno, Andrés Vallejo. También eliminó el Servicio de Investigación Criminal (SIC), el cual era muy cuestionado por atropellos a los Derechos Humanos.

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Rodrigo Borja: su vida personal

Rodrigo Borja Cevallos nació el 19 de junio de 1935, en Quito. Sus padres son Luis Felipe Borja del Alcázar y Aurelia Cevallos Gangotena. Estudió en el Pensionado Borja, ubicado en el Centro Histórico y en el Colegio Americano. En la Universidad Central estudió Ciencias Políticas y Sociales y obtuvo la Licenciatura en 1958. Dos años más tarde, sacó el doctorado en Jurisprudencia.

Creció en el barrio La Chilena y siempre ha asegurado que tiene un cariño especial por el Centro Histórico. El periodista e historiador Gonzalo Ortiz Crespo lo define como "un hijo de Quito" porque la capital fue su cuna y creció en las calles del Casco Colonial. "Estuvo muy vinculado a la ciudad en donde formó el núcleo inicial de la ID".

Asimismo, en su etapa de presidente de República (1988-1992) apoyó mucho la obra del alcalde de ese tiempo, Rodrigo Paz Delgado, pese a que no eran de la misma línea política. Eran amigos. "Yo fui el interlocutor entre el Municipio y el Gobierno para conocer los pedidos que hacía la Alcaldía". En ese contexto, "a mí me tocó ver de primera mano esa actitud de amor por Quito y apoyo".

Sus padres lo recordaban como un niño muy inquieto y travieso. "Era un chico terremoto, fue el más travieso de mis hijos. Un día salí a Quito con mi esposo y al regreso me encontré con que Rodrigo le había cortado el pelo a su hermanita, Alegría, de tal manera que parecía hombre. Me explicó que era para que la niñera no la hiciera llorar cuando la peinara", contó Aurelia Cevallos en Vistazo.

En diciembre de 1967 se casó con Carmen Calisto y tuvo cuatro hijos: Gabriela, María del Carmen, Rodrigo y Verónica. En su etapa secundaria se destacó por ser un gran deportista y fanático de las competencias automovilísticas. Siempre ha recordado que trabajó como locutor en la radio HCJB, la Voz de los Andes. También en el diario El Comercio y con estos empleos pudo pagar sus estudios.

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¿Sabías que?
Rodrigo Borja es hincha del Aucas. En su juventud, jugó fútbol en un equipo que se llamaba Crack. En los años 40 y 50, fue no de los clubes más importantes de Quito.
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